Por la pandemia, en abril más de 12.000 empresas no hicieron los aportes de 1,3 millones de trabajadores
La baja de puestos de trabajo registrada por el Sistema Integrado Previsional Argentino fue de 91.237 respecto de marzo y 254.244 en los últimos 12 meses
En primer lugar, la estadística procesada por la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) dio cuenta en abril de apenas 10,05 millones de aportantes y 6,9 millones de cotizantes, por parte de 524.434 empleadores (empresas, consorcios, sociedades de hecho, entre otros), los cuales involucraron a 7,8 millones de puestos de trabajo. La diferencia entre cotizantes y posiciones laborales se explica por los casos de pluriempleo, porque se contabiliza como ocupación a la del ingreso principal del trabajador.
La drástica contracción de la actividad económica, anticipada en marzo por el Estimador Mensual de Actividad Económica del Indec, con sólo un tercio del mes en cuarentena, hacia prever el peor abril de la serie histórica, al extenderse el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio a todo el período: el SIPA registró la disminución de 12.619 empresas que ingresaron los aportes y contribuciones y la reducción de 91.237 puestos de trabajo.
Mientras que el total de aportantes se contrajo en 247.006, significó una caída de 2,4% en comparación con el registro de marzo; y el de cotizantes se desplomó en casi 1,3 millones de personas, 15,4% menos, los cuales se desagregaron en bajas de: 1,08 millones de asalariados; 123.592 monotributistas “puros”, es decir que es su única fuente de ingreso; 66.943 autónomos y 8.310 cotizantes mixtos.
Semejante brecha entre la caída de 91.237 puestos y los casi 1,3 millones de cotizantes en el SIPA de abril respecto del nivel de marzo, se explica por múltiples causas, que determinan que las empresas queden eximidas de ingresar los aportes personales y contribuciones de parte de la nómina:
1) Los planes de alivio instrumentados por el Gobierno nacional, como el Programa de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), por hasta el equivalente a dos salarios mínimos vital y móvil, el cual se mantiene congelado desde octubre de 2019 en $16.875, de modo que cubre hasta casi el 60% del salario promedio de la economía ($56.873 en marzo en términos brutos);
2) Los históricos Repro, Programa de Recuperación Productiva del Ministerio de Trabajo, por el cual se otorga a las empresas, una suma fija mensual remunerativa de hasta un monto equivalente al salario mínimo, vital y móvil ($16.875) por trabajador y por un plazo de hasta 12 meses. Este monto permite completar una parte del sueldo;
3) Postergación o reducción de hasta el 95% del pago de los aportes patronales que correspondieron a abril;
4) Suspensión de trabajadores, según la Resolución Ministerio de Trabajo 397/2020 se agilizó la homologación de la aplicación del artículo 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo (suspensiones por causas no imputables al empleador), en la medida que se ajusten íntegramente al acuerdo adjunto en la medida.
5) Asignación compensatoria de Salario: el Estado abonará directamente el 50% del salario a los trabajadores que estén en relación de dependencia en el sector privado. Los montos a depositar no podrán ser inferiores a un Salario Mínimo Vital y Móvil ($16.875) ni superar el doble de esa referencia. Las empresas que lo solicitaron, deberán haber facturado igual o por debajo de abril de 2019, con una variación nominal de hasta 5 por ciento.
6) Repsal: la Resolución Ministerio de Trabajo 352/2020 suspendió por 180 días los efectos y plazos de permanencia de los empleadores incluidos en el Registro Público de Empleadores con Sanciones Laborales, así como también su incorporación. No podrán acceder a ciertos beneficios ni a subsidios del Estado Nacional.
7) Prohibición de despidos y suspensiones; durante el período de cuarentena el Poder Ejecutivo Nacional dispuso a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia que las empresas no podrán alegar causas de fuerza mayor o disminución de la demanda de trabajo para reducir la nómina de personal asalariado.
Subibaja por rama de actividad
En un mes signado por el efecto pleno del ASPO el SIPA registró la baja de 22.985 puestos de trabajo entre los productores de bienes y de 68.199 entre los productores de servicios, los cuales no sólo son más, sino que además se caracterizan por ser más intensivos en mano de obra.
Sin embargo, en ambos casos se observaron subas aisladas. En el primero la excepción le correspondió al conjunto de ocupados en el agro con 327 posiciones, subió 1 por cada mil en actividad; mientras que en el segundo, pese a las suspensión de las clases presenciales se destacó la enseñanza con un incremento de 15.796, probablemente por la mayor exigencia y relación por alumno en los establecimientos que desde el primer día practicaron la capacitación por medios electrónicos; y en menor cuantía la intermediación financiera con 207 puestos.
Por el contrario, entre la destrucción de puestos de trabajo en abril respecto de marzo, sobresalieron en el comercio y talleres de automotores 19.384; la construcción 15.803; servicio de transporte y almacenamiento 14.373; hoteles y servicios de comida 13.819; servicios artísticos, culturales y deportivos 10.123; actividades administrativas y de apoyo 9.721; y la industria manufacturera 5.780 posiciones.
En comparación con un año atrás las bajas de puestos y aportes y cotizantes virtualmente se duplicaron, por efecto del arrastre de los efectos recesivos que tuvieron origen desde la devaluación del segundo trimestre de 2018, cuando el gobierno de Cambiemos tuvo que acudir al auxilio financiero del Fondo Monetario Internacional.
El total de aportantes registrados se redujo en 541.270 personas, mientras que el de cotizantes bajó en 1,9 millones.
En ese período, el SIPA dio cuenta de la disminución de 23.555 empresas y de 254.244 puestos de trabajo. En ese caso, a diferencia de lo ocurrido en el último mes, las bajas se concentraron entre los productores de bienes, con 161.569 posiciones, equivalente a 7,3%; mientras que en el conjunto de los servicios, el achique fue de 92.473, un 1,6 por ciento.
Las expectativas para mayo lucen más atenuadas por efecto de la flexibilización de la cuarentena, pero no mucho porque el miedo al contagio determinó que se mantuviera retraída la demanda de productos no esenciales, al tiempo que diversos comercios que operan en grandes centros comerciales, como la actividad de la construcción e inmobiliarias persistieron virtualmente vedadas.
Fuente: Infobae
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