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Los siete errores arbitrales más graves de la historia de los MundialesDesde

No hay dudas de que el Mundial es el evento más importante y más esperado por los fanáticos del fútbol. Cada cuatro años, todo el planeta hace una pausa y pone atención en el certamen que reúne a las 32 mejores selecciones del momento. Es así que desde la FIFA disponen de una organización minuciosa para que el evento sea perfecto de inicio a fin, pero hasta la competencia más importante del deporte de la pelota tiene sus errores inevitables, como los fallos arbitrales.

Es así que Infobae propone hacer un repaso por las siete equivocaciones más graves en la historia de las Copas del Mundo y detallando lo ocurrido en casa una.

Cabe aclarar que en este recuento no será incluida la famosa Mano de Dios, protagonizada por Diego Armando Maradona en la edición de México 1986 ante Inglaterra: a 48 horas de su aniversario, ya dispondrá de un análisis mucho más minucioso.

Inglaterra-Alemania (Final del Mundial 1966)

El árbitro del encuentro, disputado el 30 de julio en el mítico Estadio de Wembley, fue el suizo Gottfried Dienst, mientras que uno de sus asistentes aquella tarde fue el vacilante juez de línea soviético Tofik Bakhramov. Ambos fueron protagonistas absolutos de una decisión errada.

El cronómetro marcaba los 11 minutos del primer tiempo suplementario cuando el delantero local Geoff Hurst lanzó un disparo potente que superó al portero Hans Tilkowski, el balón se estrelló de forma violenta en el travesaño y pegó en la línea de gol sin ingresar al mismo. Sin embargo, el colegiado, que no observó bien la acción, decidió consultar lo ocurrido con su linesman, mientras los jugadores esperaban parados la decisión. Ambos coincidieron en otorgar el tanto, que años después iba a recibir el título del “gol fantasma”, por lo que la Rosa pasó 3-2 arriba en el marcador y se encaminó a lo que sería su primer y único título del mundo.

En 1995, mediante un estudio minucioso, desde la Universidad de Oxford informaron que al balón le faltaron seis centímetros para pasar la línea de meta, lo que se convirtió en uno de los goles más grotesco de la historia.

Brasil-Suecia (Primer partido Mundial 1978)

En el debut del seleccionado de Brasil frente a Suecia por el grupo B, ocurrió una insólita situación: cuando el marcador estaba empatado, el juez Ingles Clive Thomas marcó un corner a favor del Scratch a pocos segundos del final.

Zico fue quien se hizo cargo de esa ejecución y pateó el balón desde la esquina, al mismo tiempo que el árbitro decidió pitar el término del encuentro. El estadio quedó enmudecido al ver que mientras aún resonaba el silbatazo final, el esférico se colaba en el arco de Suecia. El gol no fue concedido.

Ese empate dejó en apuros a la Canarinha desde el comienzo del torneo y, pese a que terminó clasificándose como segunda del Grupo 3, detrás de Austria, terminaría siendo eliminada en la segunda fase.

Alemania Federal-Francia (Semifinal del Mundial 1982)

Teutones y galos iban igualando 1-1 durante el tiempo reglamentario hasta que, a los 60 minutos, el arquero alemán Harald Schumacher salió a disputar un balón dividido con el francés Patrick Battiston. Sin embargo, en su intención de buscar el balón, terminó golpeando de manera grosera al volante, un claro hecho de juego brusco grave, obligando a Battiston a abandonar el terreno de juego en camilla. El árbitro, el holandés Charles Corver, no solo no expulsó al arquero por el acto indisciplinario, sino que ni siquiera sancionó la falta ya que concedió un saque de arco para los germanos.

Al cabo de los 90 minutos, ambos equipos ampliaron el marcador pero no se sacaron diferencias, por lo que con un 3-3 en el resultado debieron definir el boleto a la final de la competencia por medio de una tanda de penales, en la que se impuso Alemania por 5-4.

Corea del Sur-España (Cuartos de final del Mundial 2002)

El anfitrión Corea del Sur se midió ante España por el choque de los cuartos de final el 22 de junio en Gwangju. Aquella tarde, el árbitro egipcio Gamal Al-Ghandour iba a tener una actuación para el olvido, luego de haberle anulado dos goles a la Furia.

Tras haber invalidado el primer tanto convertido por Rubén Baraja, alegando que hubo una falta previa del jugador al momento del remate, el juez principal cometió un gravísimo error en el segundo gol anulado al entender burdamente que el balón había salido del terreno de juego antes de que terminara en el fondo de la red. El mismo nunca salió y España, que igualó 0-0 en tiempo regular, terminó siendo eliminada por penales.

Este error tan comentado mediáticamente provocó que el Presidente de la Comisión de Árbitros presentara su renuncia al cargo.

Inglaterra-Alemania (Octavos de final del Mundial 2010)

El 27 de junio, el árbitro uruguayo Jorge Larrionda cometió uno de esos errores que quedarán en la leyenda de las Copas del Mundo. Luego de que Alemania se pusiera en ventaja 2-0 en el marcador, Inglaterra pudo reaccionar rápidamente con un gol de Matthew Upson. Un minuto después del descuento, Frank Lampard remató al arco, la pelota pegó en el travesaño y picó claramente del lado interior de la línea. Pero el tanto nunca fue convalidado.

El juez de línea Mauricio Espinosa, también uruguayo, no levantó su banderín y Larrionda hizo seguir el juego. La velocidad de la acción y la posición del asistente no le permitió observar que el balón había ingresado totalmente.

Sin el empate otorgado, los dirigidos por Joachim Low se aprovecharon de la desesperación de la Rosa y le propinaron una goleada por 4-1 para avanzar a la siguiente fase.

Kuwait-Francia (Zona de grupos del Mundial 1982)

Uno de los momentos más desopilantes de la historia de los Mundiales fue en el España 1982. Los protagonistas: el jeque Fahid Al-Ahmad Al-Sabah de Kuwait y el árbitro soviético Miroslav Stupar; el resultado fue 4-1 a favor de Francia, gracias a los goles de Genghini, Platini, Six y Bossis.

El partido fue un trámite para los galos ante un equipos inferior, sin embargo, a los 89 minutos y luego del último tanto de los de azul, se desató un escándalo. La defensa asiática se quedó inexplicablemente parada al creer que un silbato había sonado desde la platea. Desde el palco, un hombre ataviado con túnica y un turbante se puso de pie y empezó a hacer claros gestos con la mano, invitando a los jugadores de la Selección de Kuwait a que se retiraran del campo. Se trataba de Al-Sabah, presidente de la Federación Kuwaití de Fútbol y hermano del emir del pequeño país del Golfo Pérsico. Fue así que, al ver que sus jugadores y el cuerpo técnico no le entendían muy bien, decidió bajar e ingresar al terreno de juego.

El jeque se dirigió a sus jugadores, sin dejar de amenazar al juez. Insólitamente, el juez Stupar anuló el gol y decretó un bote a tierra. El jeque recibió de FIFA una multa de 10.000 dólares -para él, una propina- y el árbitro sancionado duramente: perdió su escudo FIFA y jamás volvió a controlar un partido internacional.

Argentina-Alemania (Final del Mundial 2014)

Argentina dejó pasar la oportunidad de ganar su tercera estrella en Brasil 2014 por un error del árbitro en la final frente Alemania. El italiano Nicola Rizzoli fue designado y quien cometió un traspié conceptual al no sancionar la clara falta del arquero Manuel Neuer sobre el delantero Gonzalo Higuaín. Rizzoli no respetó el protocolo que se debe tomar para decidir sobre el valor a la fuerza aplicada y sus consecuencias.

No hay dudas de que Neuer fue el que inicia el contacto con su rodilla, haciéndole correr riesgo al físico del Pipita. La temeridad, la distancia y la velocidad que trae sin ningún tipo de preocupación y la fuerza con que llega pudo provocarle hasta una lesión a su adversario.

El reglamento estipula que se penalizará con un tiro libre directo o un tiro penal una acción temeraria, es decir, la fuerza empleada por Neuer en el contacto. En ningún momento dice que, por ser el arquero, llegar al balón antes lo autoriza hacerle correr un riesgo de lesión al contrario o a disputar el balón con una fuerza desproporcionada.

La historia dirá que el italiano cobró falta de Higuain, pero lo correcto sería la sanción del penal y tarjeta amarilla, que privó a la Argentina de una posibilidad de pasar a ganar el encuentro y soñar con su tercera medalla.

La FIFA, fiel a su estilo, nunca dio un comentario al respecto o se llegó a proponer un análisis de la jugada.

Fuente: Infobae

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