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1865 -1870 – Guerra del Paraguay o Triple Alianza

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1865 -1870 – Guerra del Paraguay o Triple Alianza.

EL PRIMER BATALLÓN DE GUARDIAS NACIONALES DE SAN NICOLÁS EN LA CAMPAÑA DE LA GUERRA DEL PARAGUAY.

Apenas Argentina declaró la guerra al Paraguay, de inmediato se convocó al Primer Batallón de Guardias Nacionales de San Nicolás, veterano de las campañas de Cepeda y Pavón. Participó en la reconquista de Corrientes y el 23 de abril de 1866 cruzó el río Paraná por Paso de la Patria. Fue el primer batallón argentino que pisó territorio enemigo, teniendo acción en las principales batallas.

El 13 de abril de 1865 Solano López, sin previa declaración de guerra, atacó y apresó a los buques argentinos “25 de Mayo” y “Gualeguay”, surtos en el puerto de la ciudad de Corrientes. Mataron e hicieron prisioneros a parte de sus tripulaciones. De inmediato, un poderoso ejército paraguayo ocupó la ciudad e inició acciones militares en la provincia. Estos acontecimientos, sintéticamente referidos, son los antecedentes inmediatos de la denominada Guerra del Paraguay, en la que intervino heroicamente el Primer Batallón de Guardias Nacionales de San Nicolás.

Al conocerse en Buenos Aires el sorpresivo y violento ataque a los buques argentinos, y la posterior invasión a la ciudad capital, y a la provincia de Corrientes, en plena paz, los sucesos provocaron en la ciudad un estado de conmoción e indignación por el alevoso ataque consumado.

La República, recién unificada y en plena recuperación, se vio abocada a enfrentar un terrible conflicto para el cual no estaba preparada. En el penoso evento, Mitre contó con el imponderable y patriótico apoyo del general Urquiza, conocedor de la región y del difícil teatro de operaciones en que se desarrolló la cruenta lucha. Esta exigió a la República Argentina un tremendo esfuerzo: concentrar su Ejército de Línea, disperso en las provincias interiores y en las fronteras con el indio, convocar a la Guardia Nacional, armarla e instruirla; establecer campamentos, sistemas de transporte y comunicaciones, hospitales y servicios de sanidad. En suma: poner en pie de guerra a la nación, con el enorme sacrificio de hombres y recursos sustraídos al trabajo y al progreso en una tremenda lucha que duró cinco años, con su secuela de muerte, destrucción y desolación.
A la guerra

El Gobierno Nacional decretó el estado de sitio y la movilización del Ejército y de la Guardia Nacional. El 1° de mayo de 1865 se firmó el Tratado de la Triple Alianza, entre la República Argentina, el Imperio del Brasil, y la República Oriental del Uruguay, para enfrentar al agresor. En el Tratado se estableció expresamente que respetaría la independencia del Paraguay y que la guerra a librarse sería contra su gobierno y no contra su pueblo. Además se estableció que la Jefatura de los ejércitos estaría al mando del general Bartolomé Mitre, con exclusión de la flota del Brasil, que estaría dirigida por el vicealmirante Tamandaré. El 9 de mayo de 1865 la República Argentina declaró la guerra al Gobierno del Paraguay.San NicolásOrdenada la concentración del Ejército de Línea y la movilización de la Guardia Nacional, de inmediato se convocó al Primer Batallón de Guardias Nacionales de San Nicolás, veterano de las campañas de Cepeda y Pavón, que había constituido la vanguardia del Estado de Buenos Aires en la lucha con la Confederación. El Batallón se caracterizaba por su disciplina, valor y patriotismo. Se reorganizó con rapidez, al punto que el 3 de junio de 1865 se embarcó en el buque Guardia Nacional y en la goleta Argos, rumbo a Esquina, adonde arribó el 11 de junio. Al partir, el pueblo de San Nicolás los despidió con patriótico fervor.

Tres días después de llegar a Esquina, el Primer Batallón se unió al Primer Cuerpo de Ejército a las órdenes del general Wenceslao Paunero. Acampó, luego de penosa marcha, el 2 de julio en el Puesto del Medio. En esa localidad falleció el soldado Gregorio Mansilla. Sus camaradas lo velaron en una carpa con bayonetas de cubo, clavadas en el suelo, para sostener las velas. Jefes, oficiales y soldados le rindieron homenaje en solemne ceremonia, en la cual se rezó el rosario. El pintor Cándido López, que se había incorporado en forma voluntaria al Batallón, reflejó en notable cuadro la escena.

El Batallón, luego de breve descanso, se unió a la columna oriental al mando del general Venancio Flores. El 17 de agosto se batió en la batalla de Yatay y el 18 de septiembre intervino en la acción de Uruguayaza. En Yatay fue herido de gravedad el segundo jefe del Batallón, el mayor Juan José Olleros, quien falleció poco después.Formado el Batallón en la revista de Uruguayana ante el Estado Mayor de las fuerzas aliadas, fue felicitado su jefe, el coronel Juan C. Boerr, por el emperador del Brasil, que había quedado gratamente impresionado por su gallardía y marcialidad. Participó en la reconquista de Corrientes y el 23 de abril de 1866 cruzó el río Paraná por Paso de la Patria. Fue el primer batallón argentino que pisó territorio enemigo. Intervino en las cruentas acciones de Estero Bellaco, Tuyutí, Yatayty-Corá, Boquerón, Curupaytí, Humaitá, Itá-Ivaté, Lomas Valentina y Cerro-Corá. En la dura lucha combatió con heroísmo, y sufrió un elevado número de bajas. En el heróico ataque a la fortaleza de Curupaytí sufrió ciento cinco bajas, entre muertos y heridos. Allí perdió su brazo derecho el teniente Cándido López; ello, no obstante, no impidió que continuara su eximia labor de pintor, con su mano izquierda.

Concluida la campaña con el triunfo aliado, el 1° de enero de 1870 regresó a Buenos Aires, al mando del coronel Juan Lucio Somoza. Desfiló con el resto de las fuerzas por la calle Florida y rindió homenaje al general Mitre. Arribó a San Nicolás el 8 de enero. Desembarcó en el puerto y marchó hacia la Plaza Constitución por la calle que, a partir de este hecho, se denominó Guardia Nacional.Volvían solo ciento sesenta soldados y quince oficiales, a cuyo frente marchaba su gloriosa bandera hecha jirones, cubierta con la sangre de sus abanderados. El pueblo de San Nicolás les rindió cálido y emotivo homenaje. La prensa nacional y local destacaron sus gloriosas hazañas. Su bandera se depositó en la Municipalidad, para ser remitida posteriormente al Museo Histórico Nacional, con gran ceremonia. Desgraciadamente, después se perdió.

Fuente
Marcelo Castelli

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