En la cárcel hacen juguetes para niños
De lunes a viernes, de 8 a 11 horas, las personas privadas de su libertad arman aviones, juegos de ta te ti, alcancías con forma de chanchitos, y atrapasueños. Todos los objetos son confeccionados con goma eva, madera, y papel crepe aportados en su mayoría por el Departamento de Cultura del Servicio Penitenciario Bonaerense. Además se utilizan cajas de cartón, lanas y botellas de plástico recicladas. La coordinadora de cultura y educación del establecimiento penitenciario, Astrid Biedermann explicó que “el objetivo del taller es aportar un granito de arena para alegrar a los chicos. La producción va a ser entregada para el Día del Niño”.Además, Biedermann destacó que “todos los participantes están muy entusiasmados y entretenidos participando en esta actividad”.Las personas privadas de su libertad están motivadas por la ilusión de fabricar la mayor cantidad de juguetes posible, no solo para entregar a sus propios hijos en el Día del Niño, sino también para donar a merenderos.Uno de los internos que participa de la actividad destacó que “siempre es lindo poder ayudar a los niños y saber que les llevamos un poco de alegría en su día”.Esta actividad solidaria tiene el beneficio para los internos. Ellos han obtenido el oficio de artesanos que bien puede ser una fuente de recursos una vez en libertad.
Cuchas
Entre las actividades para la comunidad que se desarrollan desde las instituciones carcelarias, privados de libertad de la cárcel de Baradero fabricaron 15 cuchas y 8 camas para donarlas al “Refugio de Ely” una asociación sin fines de lucro que rescata de la calle a perros y gatos.La entrega de los elementos elaborados en la Unidad 11 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) es el fruto de un trabajo mancomunado que beneficia tanto al refugio como al establecimiento penitenciario ya que representantes de la asociación fueron quienes aportaron la madera reciclada y además llevan continuamente adelante campañas de castración y vacunación destinadas a los perros adoptados dentro y fuera del Penal.
“Fue una experiencia muy positiva y estamos muy contentos de poder colaborar con el refugio”, afirmó Juan, uno de los internos carpinteros.La experiencia contó con el impulso del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, la Dirección de Asistencia y Tratamiento y la Subdirección General de Trabajo del SPB.Juan, Ángel y Gustavo fueron los privados de libertad que trabajaron en la carpintería que funciona en la Unidad 11 durante un mes y medio. “Esto posibilita que la asociación pueda ayudar a más animalitos que hoy no cuentan con un hogar”, señaló Ángel.La labor del “Refugio de Ely” cuenta con el apoyo de toda la sociedad local. Los vecinos informan cada vez que dan con un caso de maltrato animal o una mascota abandonada. Los perros y gatos se recuperan en la asociación que luego los da en adopción.En el acto de entrega estuvieron presentes el Director de la Unidad 11, Carlos Martín, los internos que fabricaron las cuchas, y las representantes de la asociación, Clarisa Bello y Lucía Laudat, entre otros invitados.Carlos Martín, destacó “la labor de los internos que desinteresadamente colaboraron para que el refugio pueda ayudar a encontrar un hogar responsable para los animales que hoy están en situación de desamparo, maltrato y/o abandono”.
FOTO: Taller “Luz de esperanza”
LEER: 30 de octubre: conmemoraciones en Argentina y el mundo