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Aire acondicionado: qué tener en cuenta para un uso sin riesgos

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El COVID 19 sigue encendiendo alertas y ante la llegada de las altas temperaturas comienzan a surgir nuevas dudas: ¿se puede usar el aire acondicionado en un local con clientes? ¿Qué sucede con la refrigeración de las oficinas o restoranes? ¿Qué medidas se pueden adoptar para hacerle frente al calor sin correr riesgos?

Cuando se utiliza el aire acondicionado, los ambientes suelen estar herméticamente cerrados para conservar el frío. Si el aire no se renueva, no hay un purificador o un filtro con MERV alto, entonces los riesgos de contagio aumentan considerablemente.

La confirmación de que el virus se contagia por aerosoles (partículas que pueden quedar suspendidas y que se dispersan con corrientes de aire) reactivó las preocupaciones sobre cómo protegernos, cuidar a familiares, compañeros o potenciales clientes.

Los equipos de aire acondicionado reutilizan el aire de los ambientes, no lo renuevan. Y la mayoría, los que suelen ser utilizados en pequeños locales, casas o departamentos, no cuentan con filtros que logren atrapar las partículas de COVID 19 que tienen un diámetro de 0,12 micras.

Filtros que no filtran tanto

Los filtros que utilizan los aires acondicionados se miden en MERV, la capacidad que poseen para atrapar partículas pequeñas. La clasificación va de 1 a 20 y cuánto más alta es más eficiente.

Los expertos aseguran que la mejor alternativa es ventilar. Dejar una ventana abierta, por más que el aire esté prendido, disminuye la capacidad de propagación de los aerosoles con COVID.

Los Split o aires domésticos tienen filtros con valores MERV que van de los 8 a 13. Los centros sanitarios suelen contar con equipos de valores superiores a 14. Los quirófanos y los aviones, por ejemplo, utilizan filtros HEPA que tienen la máxima calificación. Un filtro HEPA (High Efficency Particulalate Air filters) puede eliminar el 99,97% de polvo, polen, bacterias, virus, partículas menores a las del COVID.

Cuando se utiliza el aire acondicionado, los ambientes suelen estar herméticamente cerrados para conservar el frío. Si el aire no se renueva, no hay un purificador o un filtro con MERV alto, entonces los riesgos de contagio aumentan considerablemente.

¿Se puede adaptar un Split a un filtro HEPA?

La mayoría de los equipos domésticos o los que se usan en oficinas no son aptos para adaptar los filtros HEPA. Y en caso de poder colocárselo, es probable que el aire no enfríe de la manera adecuada. Eso es porque los poros de los filtros HEPA son más pequeños y requieren de aires con mayor potencia. Por eso, más allá del costo del filtro que puede ir de los 100 a los 1000 dólares, esta opción no es recomendable.

Hay aires acondicionados que, sin tener filtros HEPA, poseen algunos que van de los 13 a los 16 MERV. Éstos suelen ser utilizados en residencias o geriátricos y, si bien no son totalmente confiables para evitar la propagación del COVID, son mejores que los que tienen un rango de 8 a 13.

Otra alternativa es la utilización de purificadores de aires con filtros HEPA y que se pueden encontrar en el mercado a distintos precios. Los especialistas en refrigeración aconsejan que antes de comprar se consulte con un experto sobre las dimensiones del ambiente en las que funcionará el equipo para que sea realmente útil: uno pequeño en una habitación grande no purificará el aire lo suficiente.

Optar por ventilar y seguir las recomendaciones de la OMS

Instaladas las alertas por los aires acondicionados, los expertos aseguran que la mejor alternativa es ventilar. Dejar una ventana abierta, por más que el aire esté prendido, disminuye la capacidad de propagación de los aerosoles con COVID. Aunque también implicará un mayor consumo de energía.

Desde la ASHRAE (Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado) señalan que cambios en el funcionamiento de edificios, incluidos el de los sistemas e instalaciones de climatización, calefacción y ventilación pueden reducir las exposiciones por vía aérea de COVID.

Además, recuerdan que los espacios no acondicionados pueden provocar estrés térmico en personas y disminuir su resistencia a la infección. En general, parar los sistemas e instalaciones de climatización, calefacción y ventilación no es una medida recomendada para reducir la transmisión del virus.

En tanto, desde la Organización Mundial de la Salud recomiendan que todos los lugares de trabajo, escuelas y alojamientos turísticos, debe haber aire puro y limpio. Indican aumentar la tasa de ventilación por medios naturales o mecánicos, preferiblemente sin reciclar el aire.

Y siempre usar mascarillas, mantener la distancia de dos metros de distancia, lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón y procurar, de ser posible, encuentros al aire libre, bajar un poco las ventanillas en autos o colectivos.

Fuente
REDACCIÓN PENSAR SALUD

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