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Santi Maratea: “Es importantísimo entender que la vida es una mierda, si no te queda muy Cris Morena la cosa”

Tiene 29 años recién cumplidos, es oriundo de San Isidro, condujo Generación Perdida y continuamente se pone al hombro campañas que contribuyen con diversas causas sociales. Mano a mano con Julio Leiva, una charla que repasa y contiene todo.

Santi Maratea es una de las figuras del momento. Conductor, influencer y además el promotor de un cambio social y cultural que recién comienza, generando las herramientas que necesitan utilizando su llegada a las audiencias y públicos. 

Santi logró comprarle el medicamento a Emmita, consiguió juntar el dinero para adquirir la sede de la Asociación Madres Víctimas de Trata y evitar que la organización fuese desalojada de allí; también promovió la recolección de donaciones y la compra dos camionetas para la comunidad wichí; evitó que cerrara la Fundación Empate que apoya a chicos y chicas con Síndrome de Down, acompañó a atletas argentinos a su viaje a Ecuador para clasificarse en los Juegos Olímpicos de Tokio, y ayer comunicó que llegaron a los 35 millones de pesos para Trans Argentinxs que busca crear una fundación para brindar contención y asistencia a infancias.

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“Estoy muy obsesionado con que hayan personas que entiendan que ayudando a un tercero se pueden beneficiar. Acá en la tierra con plata, no cuando te mueras en el cielo. Y en un punto yo ya hice esto. O sea, yo arranqué haciendo campañas con marcas en las que regalaba sus productos y generaba branding y mucha gente lo arrancó a hacer también. La gran diferencia es que acá no hay marcas. Esto es con tu público. Es como entender vos y tu público en qué se unirían para hacer algo piola y vos como el que maneja a ese público. Además, la dinámica y después tenés algo a cambio”, asegura.

Mano a mano con Julio Leiva, Maratea repasa su historia, su camino en los medios, habla de redes sociales y de sueños. Y en ese sueño entra una idea: ¿tener su propia ONG?

“Sí, es compleja esa idea de la ONG”, reconoce. “Pero bueno, me gusta que nadie la entiende y todos creen entenderla. Hay un montón de hipótesis de qué es y para dónde iría. Pero si me veo, siento que me pasaron muchas cosas y hasta fin de año. Una es que me saquen los brackets, que no tienen mucho sentido, pero ese es el tiempo. Hasta que me saquen los brackets será como en octubre me van a seguir pasando cosas…”, adelanta.

El manejo de redes es clave para sus objetivos, un juego que Maratea juega al dedillo. “Para empezar, parece que se puede ir todo al carajo. O sea que estamos por empezar el nuevo capítulo de ‘Black Mirror’, ¿viste? No sé, creo que cada vez más gente entiende cómo se usan las redes sociales y pronto todos entenderán que si conocen su target pueden ser famosos, o sea que es algo que hay gente que ya lo sabe y que ya se ha aplicado a los medios de comunicación ese pensamiento. Pero un gran ejemplo son las Kardashian. Cada una representa a una parte de Estados Unidos en un punto. Entonces todas entienden su target y todas les venden a su target: una que vende tequila, justo la que no tiene hijos y siempre anda de joda o que le compra la que en realidad el maquillaje se lo compra la Kylie. Hizo una transformación de cara que no sé explica. Y las cosas de limpieza se las compra la mamá a la actriz, que es una obsesiva de todo. Y así entendés todo, entienden perfectamente su target y solamente muestran su vida y muestran lo que consumen y su target lo consume con ellos. Y son las reinas de Estados Unidos, ¿entendés? Todos van a entender eso con las redes sociales y con el con el bisnes se puede vivir de eso y ahí se van a pasar cosas interesantes”, responde.

Y si hablamos de redes, también de hate. “¿Que fue lo que más despertó hate? Y.. el Concha Potter, Los vivos sobre todo el show que hicimos show que hicimos por streaming con Martín Cirio, La Faraona, a quien le mando un saludo grande”, señala.

Entender los públicos, las aundiencias, de seguidores y redes sociales. Sus padres se dedicaban al coaching, laburan de eso. ¿Cuánto de eso lo ayudó en lo suyo?

“Todo, me hizo a mí”, asegura. “Todo lo que es la ley de atracción, por ejemplo. Me enseñaron de muy pibe: básicamente decir vos lo pensás, lo podés tener. Y de muy chico, pensás cosas muy grandes. Y mis viejos me decían eso, ¿qué pensás? Y yo decía un día voy a ser muy famoso, voy a tener una casa enorme, con un montón de toboganes. Y lo pensaba, y lo pensaba, lo pensaba. Eso a mí me cambió muchísimo, era como si, como si me hubiesen enseñado que yo era Papá Noel. ¿Entendés? Una especie de algo así. Y después es muy interesante, porque como eran mis viejos, los que eran los que me hicieron eso, no es que yo hice un curso de coaching a los ocho años. Me quedó esa data y después. Bueno, vamos a ver cómo resuelvo en la vida. Viví con ellos toda mi adolescencia. Me enseñaron muy bien que la vida es una mierda y que si vos no le ponés límites nunca vas a llegar a conseguir nada. Entonces, medio entre que me enseñaron mucho de eso, entre que un poco de ‘en casa de herrero, cuchillo de palo’, o sea, un poco de realidad también. Bueno, no sé. Entre muchos golpes y cosas pasé toda, toda la adolescencia y miedo, a los 23 me fui de mi casa. Que la gente que lea bien sabe que hace algo al respecto. Sin caer en meritocracia, tomar decisiones que son difíciles y tomarlas en base al objetivo que se planteó antes de arrancar cualquier carrera en la que esté ahora metido. Esas cosas se hablaban en casa cuando comíamos”, cuenta.

“Es importantísimo entender que la vida es una mierda. Sí, obvio. Porque si no, si no te queda muy Cris Morena la cosa y muy como que solamente soñar, solamente ser bueno, también hay que despertar y ser medio sorete porque estamos acá, ¿entendés?”, asegura.

Y profundiza sobre este punto, y continúa desromantizando la cuestión: “A veces me levanto y activo porque soy un soñador y a veces porque tengo que hacerlo. Y aparte, a veces siguiendo los sueños que tengo. Hago cosas que imaginé que iba a hacer y a veces cosas que no me imaginé y que no me gustan, como la constancia, la disciplina. Si vos estás centrado en lo que querés y todo lo que tenés que hacer para conseguirlo, sin embargo te podés quedar con la mitad de una gamba, o se puede morir un familiar, una crisis de 2001, te puede romper el corazón tu primer amor y así. Entonces, aparte de que es un bardo vos concentrarte en cómo con cierto objetivo el mundo te va a mover permanentemente y por momentos vas a perder el foco”. 

De pibe

“De pibe, como vivía en un lugar muy cheto y entonces entendía todo desde esa perspectiva. No entendía que estaba todo lo que está por fuera de mi círculo. Eso ya me lo habían explicado. Eran interpretaciones y explicaciones bastante clasistas. Y bueno, fui como rompiendo con eso. El conservador quiere conservar justamente porque considera que todos querrían estar en su lugar, es el mejor. Entonces no solamente no conecta con el afuera porque cree que le quiere robar algo, sino que asegura que nadie quiere salir de ahí, que está equivocado”, reflexiona.

Y si hubo un momento que le hizo “un crack en la cabeza” fue “cuando me hice amigo de un chico de la villa de al lado de mi barrio”. “Porque como todo barrio cheto, está rodeado de una villa. ¿Quién llegó primero? Es la pregunta más importante, pero no importa. Los domingos de sol, la gente de la villa caminaba por mi barrio, que era un barrio abierto y muy lindo, suponía que en la semana todos trabajaban y el fin de semana paseaban. Bueno, no me daba miedo este chico que me invita a comer a la casa y lo invito a la mía. Cuando invito a la mía me dice que lo busque por la frontera, que era una calle Uruguay que dividía. Le pregunto por qué me dice: ‘No puedo caminar por ahí. O sea, si camino por ahí, me agarra la policía y me saca’. Y este silencio lo tuve dos años”, cuenta. 

“Ahora entiendo todo. O sea, sacan a la gente que no se parece a mí en un punto. Sé que no tengo calle, pero si tengo un poco me la busqué yo. O sea, tuve que atravesar varios muros para encontrar la poca calle. Si es que tengo algo, salí a buscarla porque me podía haber quedado. Y si todos quieren estar donde estoy yo, dejenlos un poco”, añade.

Sobre derribar muros, Maratea recuerda: “Me movió la religión para empezar. Estaba muy metido en la religión, tipo la historia de Jesús y yo: ‘Guau, es tremenda, este tipo es tremendo’. Cada parte del Nuevo Testamento desde un tipo que aparte tiene unas apps que son la Holy Shit. Y me metí mucho, mucho. Tiene mucho que ver con los sueños también. Le pedís a un tipo con barba, entendés que es más grande que vos y que te puede dar todo. Solamente no tenés que hacer miles de cosas que son pecado. Y me sacó de ahí el cura que intentó abusarme. Lo intentó porque no llegó a ser una una violación y porque me fui.  Pero lo más fuerte es que yo estaba yendo a contarle a él sobre un abuso. Eso fue lo más fuerte en realidad. Tenía 15, ya no sé si es Dios o quien carajo me hace a mí ese tipo. Yo era muy chico. “Me decía: ¿qué te calienta a vos cuando te pajeás? ¿En qué pensás?”.

“No sé en cual andará él, pero yo estoy muy bien y lo pensé todo solo, mucho tiempo, hice miles de estrategias para poder crecer. Sin que me desestabilice lo que este forro hizo y lo que todos piensan de lo que es vivir la situación, porque hay mucho estigma con el abuso, viste también. Entonces ni siquiera pude hablar con la gente porque nadie lo entiende. Creí en mí, en un punto”, sostiene.

Generación Perdida

Junto a Sofi Carmona estuvo a cargo de la conducción del programa radial que se transmitía por Vorterix. ¿Qué pasó y por qué lo dejó?

“Porque sentí que ya lo había hecho dos años”, sostiene. “Pensá que arranqué y terminé el mismo día 15 de octubre. Yo estoy para hacer ahora como dedicarle tiempo y energía a otros proyectos propios: 100 por ciento de redes sociales. Cuando Mario (Pergolini) me llamó lo primero que me vino fue el compromiso. ‘¿Me puede decir todos los días un lugar a la mañana, a la misma hora?’ Sí, le dije. Lo hice dos años. Sabés como es me feriados, navidad, na. Listo. Sentí que había cumplido con mi palabra y que habíamos hecho un programa increíble, que era un gran momento para retirarse porque estábamos en el mejor momento del programa. Cuando lo leo con todos, todos lo entendieron. Fue un gran final”, asegura.

Hacia el final de la entrevista se abre la caja. Comienza un desafío inesperado. Semana a semana una figura se someterá al living para dialogar y reflexionar. Y vos, ¿te animás a recordar qué momento hizo un click en tu vida?. Filo News

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