María Elena Walsh: Un ícono de feminismo, convicción y militancia
Si buscamos palabras para definir a esta artista estamos en problemas. No estoy segura aún si hay alguna nomenclatura que pueda representarla. Poetisa, escritora, cantante, militante. Artista. Una artista completa, tal vez, me animo a decir, la más completa de todas las artistas de nuestro país y de nuestra historia.
Porque además de escribir, cantar y crear, Maria Elena Walsh le dio vida a un mundo de fantasías, le puso ritmo y sustancia a nuestras infancias todas. Y digo todas porque no hay niñe que no sepa alguna de sus canciones, no hay pequeño que no baile o no haya bailado con sus manos al ritmo de alguna de sus letras pegadizas.
El tema es que esas letras, llenas de frases graciosas e inocencia, escondían mensajes poderosos, feministas y políticos. Mensajes que perduran y que describen las crueldades y maravillas que encierra un mundo que no fue ni es muy amable para la mayoría de las personas que creen, como así creía ella, en la justicia. Y no hablamos de la institución sino en lo que es justo. Que, sabemos bien, no se parecen demasiado.
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Y si bien los movimientos feministas en el mundo y particularmente en nuestro país tienen larga data, en los años 60 María Elena fue una de sus precursoras. Pero eso seguramente no lo sabías. Como seguramente tampoco sabías que era lesbiana y militante. O anti peronista pero que quería mucho a Evita Duarte.
No era sólo unas letras bonitas
Es que hasta que no profundizás en su biografía, la poetisa creadora de Manuelita, La reina batata o El reino del revés, queda perdida entre tanta obra creativa y genial. Su historia política y de compromiso feminista se opaca ante el brillo de sus éxitos que también, vale la pena destacar, hablan de ella sin nombrarla.
“Su legado mayor es toda su obra literaria. Cuando se lea en profundidad y se una la fecha en que fue escrito y se conozca cómo se vivía y se pensaba en ese momento de la Historia, se valorará su visión”, admite para Filo.News Sara Facio, fotógrafa y pareja por más de 30 años de Maria Elena.
María Elena Walsh nació en Ramos Mejía el 1 de febrero de 1930 y falleció hace tan solo una década. Nació en una Argentina en la cual las mujeres aún no podían votar. El sufragio femenino sucedió en 1951 de la mano de Evita, cuando ella era recién una adolescente. Pero ese contexto que fue desventajoso para tantas mujeres, fue para muchas pero, en particular para la poetisa, un buen escenario para comprometerse.
Con sutileza, porque no se autopercibía “panfletaria”, Maria Elena realizada una crítica sagaz y activa del machismo cada vez que podía. En sus letras, sus poemas pero también en las entrevistas que daba, el análisis de los estereotipos estaba presente.
“La pasión que ponía en la defensa de la igualdad de oportunidades para todos y todas, y la forma de dirigirse a niños, niñas y mayores con calidad, respeto y ´mucho, mucho amor´, como dice en su canción es parte de todo lo que hizo”, agrega Facio, quien admite emocionarse cada vez que evoca a Maria Elena.
Las dos caras de una misma María Elena
Cuando hablamos de esta artista tenemos que, tal vez, dividirla para poder leerla mejor. Por un lado está la dulzura con la que escribió las más de cien canciones infantiles que condecoran su obra pero, por otro lado, la dureza con la que escribió tantas otras que no eran para niños o niñas sino, más bien, todo lo contrario.
Como la cigarra, interpretada por primera vez en el año 1973, es uno de sus temas más conocidos que representan a la perfección el espíritu reflexivo de María Elena. “Tantas veces me borraron, tantas desaparecí, a mi propio entierro fui sola y llorando”, sostiene una de las frases más célebres de esta canción que ella compuso pensando en las vicisitudes de la vida del artista.
Pero en esa época, a tres años de que comience la brutal y última Dictadura Militar en nuestro país, esa letra fue reinterpretada por sus oyentes. La palabra “desaparecer” hizo eco en una década dolorosa y Como la cigarra se volvió himno de resistencia.
Mercedes Sosa, León Gieco, Sandra Mihanovich, Abel Pintos, fueron algunos de los artistas que reinterpretaron a la Maria Elena adulta, a la creadora de esta poesía tan cruenta como necesaria.
Pero hay una artista en particular que se interesó y profundizó toda su carrera: Elena Roger. Elena, actriz y cantante, reconocida en todo el mundo por su voz y sus interpretaciones vio en la historia y la obra de Maria Elena Walsh, magia.
Y esa misma magia se ve reflejada en el disco que grabó junto a la banda Escalandrum. Con un sonido innovador y original, este vivo en un estudio refleja la frescura que conservan todas estas canciones que marcaron la infancia y la vida de millones de personas.
¿Pero por qué María Elena Walsh? “Tenía una riqueza musical y un gran peso poético, por eso elegimos a este personaje tan importante. Los temas para niños, por ejemplo, me parece que están vigentes, que nos podemos identificar los adultos y para los niños es muy bello escucharlos. Y el repertorio para adultos, la verdad es que son canciones que son golpes, te golpea en el alma, te dejan pensando. Es como si fueran dos personas distintas. Una gran dulzura para tratar los temas de los niños y una gran dureza y crudeza para aquellos temas que son más de protesta, de reflexión”, expresa Elena Roger.
De la nostalgia una bandera
En los años 80´ María Elena escribió un artículo en la revista Humor que aún hoy resuena en los movimientos feministas: “Sepa por qué usted es machista”. Este texto que cuenta con 24 puntos que hay que tildar si así fuera necesario, define con ironía y sarcasmo características clichés sobre el género.
Su militancia en la Unión Feminista Argentina y sus insistentes comentarios en notas respecto a la lucha de los movimientos de mujeres también la definen. No así su orientación sexual, a la cual nunca quiso referirse y aún hoy, Sara, su mujer, también evita nombrar.
De hecho, al preguntarle si creía que ser lesbiana le había jugado en contra a su mujer en su carrera, Sara respondió tajante: “Lo que le jugó en contra fue SER MUJER. María Elena jamás se refirió a su vida privada sexual. Simplemente vivió en libertad sin esperar ni desear aceptación o desprecio”.
Y así es. El género condiciona y condiciona mucho. Sobre todo si hablamos del mundo arte, sobre todo si hablamos de la creación y los espacios en donde las mujeres recién comenzamos a poder ser parte desde hace no muchos años.
Eso Elena Roger lo sabe muy bien. “Habrá personas que la admiran por defender su libertad para elegir a quien amar y por su postura feminista y habrá otras que no. Pero quedar en la memoria colectiva quedo a pesar de eso. Porque su obra literaria y sus canciones fueron mas alla. Yo agradezco tanto a estas valientes mujeres que hicieron camino”, expresa.
Recordemos que María Elena nació veinte años antes de que pudiéramos votar. A partir de ahí, todo el resto de las cosas. Aún así, ella sabía lo mucho que habíamos avanzado y se enorgullecía al poder registrarlo.
“Hace muy poco tiempo, en un aeropuerto, una chica muy joven y bonita dijo: ‘¡Ah, qué hombres tan feos!’. Eso nunca se oía. Porque del hombre se dice que cuanto más feo más hermoso; ellos nos pueden criticar la celulitis, la gordura, las canas, los años, pero se ven las panzas de los hombres en las playas. Esa nueva visión crítica también produce la nostalgia masculina, porque ahora las mujeres se atreven a decir”, comentó en una entrevista de la revista Crisis en junio de 1989.
Es que tenía una lectura muy interesante de la nostalgia. Ella aseguraba que esta característica está relacionada a lo masculino más que a lo femenino: “Los hombres idealizan mucho su infancia porque tenían una mamá que los cuidaba, la noviecita, la barra, el potrero, el picadito. Todo eso forma la mitología de los varones, tienen cierta tendencia a escribir sobre su nostalgia. Las mujeres somos menos nostálgicas; en general, no tenemos recuerdos tan idealizados”.
La nostalgia era para ella algo que a nosotras se nos debía y un motor para escribir. Será por eso, tal vez, que Maria Elena nos regaló a todas y todos ese hermoso mundo de fantasías que creó a lo largo de toda su carrera. Y si bien hace ya diez años que esta gran artista no está, sus canciones continúan creando y generando infancias que desean y sueñan por igual.
“Si la tuviera en frente le diría que su música fue la mejor para transitar mi infancia. Que me acompaño tardes enteras con la dulzura de su voz. Gracias, gracias y muchas gracias María Elena”, finaliza Elena Roger.
Por su parte Sara, su compañera de tantos años, al hablar específicamente de la nostalgia, cierra: “Añoro su originalidad para comentar toda situación; jamás sumaría un lugar común. Añoro su humor y el brillo de sus ojos”. Filo News.
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