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Asma: Aumentaron los casos en adolescentes y mujeres

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El asma sigue siendo una enfermedad con causas desconocidas para la medicina. No obstante, el diagnóstico oportuno abre una oportunidad para prevenir los desencadenantes que provocan los conocidos ataques de asma.

A su vez, un nuevo paradigma sugiere considerar al asma como una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias. De esta manera, se requiere un tratamiento de base sostenido en el tiempo y no solo utilizar broncodilatadores cuando ocurre una crisis.

En el mundo, más de 339 millones de personas tienen asma y en Argentina la cifra llega a 4 millones. Todos los primeros martes de mayo se celebra el Día Mundial del Asma.

Posibles causas del asma

Aunque se desconocen las causas, algunos estudios asocian algunos variables con una mayor chance de tener asma.

  • Tabaquismo. Si la persona gestante fuma durante el embarazo hay más probabilidades que el recién nacido tenga asma. Igualmente, si el niño vive en un ambiente donde se fuma. A su vez, fumar agrava las crisis entre quienes ya padecen la enfermedad.
  • Genética. Más de 50 genes fueron asociados a una mayor chance de tener asma. Puntualmente son aquellas partes del ADN que afectan el desarrollo pulmonar en el útero y el crecimiento pulmonar en la primera infancia. Si la persona tiene antecedentes de familiares con asma (sobre todo padres y hermanos) hay más riesgo de tener esta enfermedad.
  • Bronquiolitis. Haber tenido bronquiolitis u otra afección pulmonar durante la primera infancia eleva las chances de padecer asma. El bajo peso al nacer también es un factor de riesgo.
  • Alergias. Tener alergias a los alimentos, rinitis alérgica o alergia en la piel (eczemas) son otros factores vinculados al asma.
  • Obesidad. Varios estudios asocian la obesidad en la niñez y adultez con el asma. “Es fundamental evitar el sedentarismo. El asmático puede hacer deportes sin problemas. No hay que hacerlo sentir diferente a su pares”, asegura Álvaro Teijeiro, médico especialista en neumonología del Hospital Pediátrico de Córdoba.
  • Contaminación. La contaminación del aire y el uso de químicos que trajo la vida moderna también figuran como posibles factores necesarios, aunque no suficientes, para que las personas desarrollen asma.

Aumento de la prevalencia y la mortalidad por asma

“La prevalencia del asma aumenta en sitios con mayor presencia de contaminantes ambientales. Por ejemplo, en entornos donde todavía se fuma como los hipódromos. Y registramos asmas laborales en determinadas fábricas donde no se respetan las medidas de protección”, asegura Teijeiro.

El aumento de la contaminación y la presencia de más sustancias químicas podrían ser una de las explicaciones de por qué la prevalencia del asma está aumentando. Aunque también es probable que ahora se diagnostiquen más casos que antes no eran detectados.

Aunque es una enfermedad con baja mortalidad, este indicador también está en aumento en grupos puntuales. “Desde 1980 al 2000 la mortalidad disminuyó, pero luego se amesetó y ahora está creciendo en Argentina, especialmente en adolescentes y mujeres”, asegura Teijeiro.

Asma y virus respiratorios

Una vez diagnosticado, el paciente asmático debe tener en cuenta una serie de factores que pueden desencadenar las crisis asmáticas.

Los ataques de asma se caracterizan por un aumento en la frecuencia de la tos, dificultad para respirar, sibilancias y dolor en el tórax.

Entre los desencadenantes más importantes figuran las infecciones por gripe y otros virus respiratorios.

En este sentido, Paola Cortese, médica neumonóloga del Hospital Privado de Rosario, recuerda las medidas preventivas: “El lavado de manos disminuye significativamente la posibilidad de contraer virus y bacterias por contacto. Es fundamental que lo incorporen a los hábitos de la familia de la persona asmática”.

También el uso de barbijo es una importante medida de prevención.

Cortese agrega: “La vacunación contra la gripe y antineumocócica según plan de vacunación actual son fundamentales, ya que el asma se considera una enfermedad de riesgo independientemente de la edad”.

Para el caso de Covid-19, también se considera a los pacientes con asma entre el grupo de persona de riesgo.

Ácaros y otros alérgenos desencadenan crisis asmática

La exposición a polen, ácaros del polvo, pelos y plumas de animales, humo, gases y contaminación.

“La variabilidad del cuadro está asociada a la exposición a los distintos desencadenantes que pueden generar un ataque de asma. De acuerdo a la inoculación del ácaro y de los otros desencadenantes, va a ser el nivel del ataque”, explica Teijeiro.

Por eso los expertos recomiendan evitar la exposición a ellos. En el caso los alérgenos domiciliarios, como medidas preventivas los expertos recomiendan:

  • Usar fundas impermeables a alérgenos en colchones y almohadas.
  • Usar aspiradoras con filtros de alta eficiencia y doble bolsa de recolección.
  • Lavar periódicamente las ropa de cama y peluches a más de 50 grados.
  • Ventilación frecuente de las habitación y reducir los niveles de humedad.

Otros factores desencadenantes son:

  • Medicamentos analgésicos y antiinflamatorios como ibuprofeno y aspirina.
  • Cambios repentinos de temperatura, aire frío, viento, tormentas eléctricas, calor y humedad.
  • Emociones, incluido el estrés o la risa.

Además de evitar todos estos desencadenantes, los expertos recomiendan llevar una alimentación sana, realizar actividad física y, por supuesto, no fumar.

Tratamiento de base para el asma

Por mucho tiempo, el asma fue considerada una enfermedad que sólo generaba dificultad para respirar. Su tratamiento se basó en el uso de broncodilatadores de acción corta (Saba, por sus siglas en inglés), los que rápidamente revierten la obstrucción de los bronquios y permiten el ingreso de aire.

Sin embargo, hoy se sabe que el asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía aérea. Por lo cual, requiere un tratamiento de base para reducir la inflamación y, con ello, los ataques de asma.

“Los pacientes con asma tienen una pauta de comportamiento distinta a otros. La medicación de rescate es para salir del paso. Va a las consecuencias, pero no a la causa”, asegura Teijeiro.

Y agrega: “Para abordar la causa, se necesita un tratamiento antiinflamatorio de mantenimiento. De lo contrario, el paciente puede recaer en un sobreuso de la medicación rescatadora, lo cual es peligroso”, asegura Teijeiro.

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