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Tarjetas de crédito: alertan por el efecto “bola de nieve”

Expertos advierten que en abril el uso de los plásticos quedó por debajo de la inflación mensual, luego de que el BCRA incrementara la tasa para la refinanciación de crédito y las implicancias que esto conlleva para los consumidores.

En Argentina, donde la inestabilidad económica y la incertidumbre llevan a hacer lo que se puede y no lo que se debe, son muchos los argentinos que optan por hacer sus compras con tarjeta de crédito y pagar el mínimo, como una suerte de limitación para poder llegar a fin de mes.

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No obstante, financiar compras de este modo implica un costo muy alto. Mientras que el tiempo pasa y la operación de pagar el mínimo se repite, la acumulación de intereses sobre los saldos impagos, la diferencia entre la cuota mensual que se abona para bajar la deuda y el mínimo; generan el efecto bola de nieve, por el cual, aunque se termine pagando el resumen puntualmente, la deuda nunca bajará, sino que, por el contrario, se incrementará.

La consultora First Capital Group indicó en su más reciente informe que la operatoria con tarjetas de crédito en pesos se desaceleró, alcanzando un incremento del 4.5%, muy por debajo de la inflación de ese período.

Según los últimos datos del Banco Central sobre las operaciones con tarjetas de crédito en pesos, se registra un saldo de $ 1.404.116 millones; lo que se traduce en un aumento de un 4,5% respecto del cierre del mes pasado, unos $ 60.082 millones por encima de marzo pero por debajo de la inflación esperada. Y el crecimiento interanual llegó al 43,8%, tampoco alcanzó los niveles de la inflación del período.

“El incremento de los índices de inflación motivan a un sector de los consumidores a adelantar sus compras, sobre todo utilizando las ofertas de cuotas ‘sin interés’, tratando de ganarles la carrera a los aumentos de precios, por tal motivo veremos un mayor dinamismo en el rubro en estos meses. Es importante también que la tasa que autoriza el BCRA para estas operaciones, se mantenga en línea con el incremento del costo del dinero para las Entidades Financieras, para que las mismas mantengan las ofertas de financiamiento”, sostiene Guillermo Barbero, socio de First Capital Group.

“El Banco Central no busca desincentivar el consumo con tarjeta. El problema que afecta a los consumos con tarjetas y sobre todo a los consumos en cuotas es que todas las tarjetas tienen un límite de compra al contado y un límite de compras en cuotas. Este límite se va liberando a medida que vas pagando las cuotas”, comenzó diciendo.

“Esos límites de compra no se han actualizado últimamente en los bancos, por motivos de riesgo o de precaución por parte de las entidades financieras, que decidieron no aumentar esos límites y adelantarse a la poca capacidad de repago de los clientes”, agregó.

“Entonces, si las compras que hace un cliente aumentan al ritmo de la inflación. Y tus límites de crédito no aumentan, cada vez vas a poder comprar menos cosas con la tarjeta de crédito”, señaló Barbero.

El consumidor no deja de pagar su resumen, pero no paga la cuota en su totalidad, sino que elige abonar el pago mínimo, dejando un saldo para futuros pagos. El problema es que es saldo crece a una TNA del 53%, que se van sumando a la deuda.

De persistir con esa manera de pagar la tarjeta de crédito, el interés compuesto es responsable de que, al mes doce y tras varios pagos consecutivos, el consumidor se dé cuenta de que no solo deberá seguir pagando, sino que encima le debe al banco.

“Ahora estamos en un momento en el que el costo del dinero se viene incrementando, el BCRA ha ido aumentando los tipos de interés mínimo que deben pagar los bancos a los ahorristas de plazos fijos, y eso ha aumentado el costo del financiamiento para las entidades; lo que se traduce en un mayor costo para las mismas, ya que, al aumentar la tasa de interés de los plazos fijos, también aumenta la de las tarjetas de crédito”, explicó Barbero.

En Argentina, donde el ingreso medio de los trabajadores no le gana a la inflación, resulta imposible para más de un argentino considerar esto porque no podrían jamás expandir sus posibilidades de consumo.

A partir de junio, ¿cuánto costará refinanciar la tarjeta de crédito?
Desde 2020, el Banco Central limita los intereses que los bancos pueden cobrar a los clientes para refinanciar los saldos adeudados en tarjetas. Cerca del 40% de los titulares de plásticos usan, mes a mes, ese medio de pago llamado “revolving”. Pagan parcialmente el total del resumen o el mínimo permitido y refinancian el resto.

Entonces, la tasa que cobran los bancos por refinanciar saldos de hasta $ 200.000 pesos tuvieron un tope de 43% nominal anual desde inicios del año pasado hasta enero, cuando el BCRA elevó al 49% al hacer el primer ajuste de tasas del año. Luego, con el alza de marzo, quedó en 51%.

Posteriormente, a mediados de mayo, el Central subió ese costo máximo otros dos puntos hasta el 53% que comenzará a aplicarse desde la facturación de junio. Entonces, cuando el saldo a refinanciarse supere los $ 200.000, la tasa de interés compensatorio tampoco podrá superar en más del 25% a aquella que resulte del promedio del costo que el banco haya aplicado a los préstamos personales que otorgó el mes previo.

Algo que queda claro es que la tasa que las tarjetas de crédito cobran por la refinanciación de deudas es inferior a la que se cobran las entidades bancarias por los préstamos personales. Entre una y otra, si la deuda resulta menos a los $ 200.000, conviene el plástico.

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