Cómo detectar y tratar los trastornos de la conducta alimentaria
¿Qué nos hace más vulnerables frente a los trastornos de Conducta Alimentaria? ¿Qué podemos hacer como sociedad para no incrementar la vulnerabilidad de otras personas frente a ellos?
Más de 70 millones de personas padecen algún Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), que afecta más a mujeres que a hombres y tiene un impacto particularmente significativo en la adolescencia.
Según la Sociedad Argentina de Pediatría, entre el 5 y el 10% de las y los adolescentes de la Argentina tienen TCA. Ese 10% se divide entre anorexia, bulimia y TANE (trastorno no especificado). Hay otras estadísticas que hablan del 15 % (UBA), de ese porcentaje el 90% son mujeres.
A pesar del visible avance que se ha hecho eliminando el estigma que pesa sobre la enfermedad mental, muchas de las personas que sufren trastornos de este tipo siguen enfrentando juicios muy duros por parte de la sociedad. Falsos mitos e ideas erróneas dificultan el diagnóstico y la tarea de los profesionales.
6 hechos que no sabías sobre los TCA
Los TCA son afectaciones psicológicas de carácter grave que conllevan comportamientos anómalos en cuanto a la conducta de comer, como las dietas restrictivas, saltear comidas, los atracones, provocarse el vómito o ejercicio en exceso entre otras conductas. Estos trastornos son capaces de desencadenar enfermedades físicas graves y, en último término, la muerte.
Por lo tanto, es indispensable tener en cuenta:
- Nadie desarrolla un trastorno de la nada: “Los TCA no aparecen de repente. Son trastornos que provienen de la interacción de múltiples factores: genéticos, sociales, psicológicos, familiares o personales. Por lo general, existe malestar con la propia imagen corporal que desencadena las conductas anómalas de alimentación”, aseguraron Clara Roqué y Carola Pechon, psicólogas especializadas en el tratamiento de conductas alimentarias y fundadoras de Tándem Psicoterapia, institución dedicada al tratamiento de trastornos mentales graves como los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).
- No solo existen la anorexia y la bulimia: Aunque estos sean los trastornos más conocidos en la sociedad, existen muchos más que merecen la misma atención como: el trastorno por atracón, el trastorno no especificado (TANE), trastorno por rumiación, trastorno por evitación/restricción de alimentos, Ortorexia, Vigorexia y adicción a la comida.
- La edad de aparición está retrocediendo, no solo aparecen en la adolescencia: Hasta hace pocos años, se había establecido el rango de aparición de estos trastornos entre los 13 y los 19 años. Sin embargo, cada vez aparecen más casos desde una edad más temprana, entre los 10/11 años. Más allá de la edad de inicio podemos encontrarnos con esta problemática si no fue tratada a cualquier edad.
- Los TCA se pueden dejar atrás: La idea extendida es que las personas que sufren estos trastornos los arrastran para toda la vida. Sin embargo, con la intervención adecuada y el apoyo de las personas cercanas al paciente, alrededor del 50-60 % de los casos llega a recuperarse. Por otro lado, un 20 o 30% lo hace parcialmente, y solo entre un 10 y el 20 % cronifica la enfermedad.
- Los TCA dejan secuelas: Para muchas personas, los TCA son sinónimos de una reducción significativa del índice de masa corporal. Según las psicólogas antes mencionadas, son muchas las consecuencias que puede tener una afectación de este tipo:
- Consecuencias Psicológicas: depresión, aislamiento social, fallas en la memoria, dificultad en la concentración, pérdida de interés en áreas previamente importantes, disminución del deseo sexual, apatía, irritabilidad, extremo interés por temas relacionados con la nutrición y la alimentación, pensamientos permanentes en relación al cuerpo y a la comida que interfieren en el funcionamiento del dia a dia generando un malestar constante.
- Consecuencias Físicas: enfermedades derivadas del TCA, como hernia de hiato, problemas dentales, desnutrición, diabetes, fracción del esófago o hipertensión.
- No son fáciles de diagnosticar: Las consecuencias psicológicas recién descritas suelen llevar a la consulta a un profesional. El problema está en que si no se indaga en relación a las conductas con la comida puede que el diagnóstico de TCA quede encubierto y no reciba el tratamiento que requiere. Y es indispensable la detección temprana para el buen pronóstico. Por esta razón es fundamental que cada vez existan más profesionales capacitados en esta área.
Hablar de TCA únicamente desde la perspectiva médica, incluso solo desde la psicología clínica, es demasiado reduccionista. El contexto social, compartido en estos tiempos también de forma digital, juega un importante papel en la incidencia de los trastornos alimenticios. Cuestiones como la gordofobia, la promoción de dietas restrictivas o la sexualización de los cuerpos actúan como debilitadores de nuestro sistema mental frente a los TCA. La empatía, además de ponerse en el lugar del otro, debe convertirse en lucha contra estos estereotipos instalados en la sociedad. “La belleza física estereotipada es uno de los más grandes problemas que tenemos y la causa del crecimiento porcentual de los casos de TCA. Argentina es el segundo país con más alto índice de trastornos alimentarios”, aseguró Clara Roqué de Tándem.
“En nuestro país, las carreras de grado de las profesiones que esta problemática necesita para ser tratadas, no incluyen en su programa de estudios la temática de trastornos alimentarios. El tratamiento además de necesitar que los profesionales estén capacitados, requiere que trabajen en equipo. Hoy en día, podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que en la mayoría de las ciudades de nuestro país les sería muy difícil, por no decir imposible, encontrar el tratamiento adecuado”, aseguran las psicólogas, quienes además de brindar tratamiento a pacientes y familiares, capacitan a profesionales para un tratamiento eficaz.
“Los Trastornos de la conducta alimentaria (TCA) requieren de un tratamiento multidisciplinario, ya que involucran la salud clínica, mental y nutricional de las personas y al mismo tiempo es necesario incluir a la familia y contar con todo su apoyo para la recuperación. Requiere de un trabajo en equipo y de la supervisión de expertos en el tema. Nuestro objetivo es estimular la creación de nuevos equipos en todo el país y nuestra meta última es que este escenario cambie y que el sistema de salud, tanto público como privado, pueda dar respuesta a las familias que están atravesando este problema que implica tanto dolor y riesgos en la salud global de una persona”, aseguraron.
LEER: La Corte Suprema anula condena y ordena revisión con perspectiva de género