Estar embarazada y no saberlo hasta parir: ¿Es posible?
El caso de "La China", una mujer presa hace casi dos años por problemas obstétricos, desató indignación en los movimientos feministas y organizaciones de derechos humanos. A raíz de su historia, la de muchas, en esta notas que reflexiona sobre los embarazos crípticos y la (in)justicia.
En nuestro país existe el aborto legal, seguro y gratuito. Como pasa con todas las leyes que vinculan a una natalidad y a una sexualidad consciente, no se cumple en su totalidad. Su eficacia no sólo depende de la provincia en la que te encuentres sino también de quién seas. Si sos pobre lo más probable es que tengas muchas más dificultades para acceder a lo que te corresponde. Y si sos migrante, las complicaciones se profundizan.
La historia de “La China” dio vueltas por todos los medios. Venezolana de 43 años que tuvo un aborto espontáneo sin siquiera saber que estaba embarazada. Esa noche tiró las sábanas en el container de la esquina de su casa y un cartonero le avisó a la Policía.
En menos de una semana la detuvieron a ella y a su pareja. El maltrato fue feroz. La violencia obstétrica se presentó como un dominador común y ‘La China’, que además tiene otros dos hijos, está presa hace casi dos años por ese hecho y su juicio oral comenzó esta semana.
Así como sucedió con el caso de Belén (absuelta en el 2017), otra vez la Justicia condena una complicación obstétrica como un delito. Según su defensa, “La China” no sabía que estaba embarazada. ¿Es acaso eso posible? ¿Podés estar embarazada y no saberlo? Para entender, hablé con Luciana Tejerina obstetra e Indiana Guereño, abogada sobre “La China”, embarazos crípticos y el poco acceso a la información que tenemos las personas gestantes.
Una sociedad que no entiende
“Son casos excepcionales, pero existen. No tienen los síntomas típicos y si los tienen pueden confundirlos con patologías preexistentes como gastritis, algunas refieren menstruar normalmente, si hay alteraciones ginecologicas también se pueden confundir. Al desconocer el embarazo las pacientes están predispuestas a complicaciones por no tener los controles correspondientes y el feto también”, sostiene Luciana.
La cuestión maternal no es un acontecimiento simple en la vida de ninguna persona gestarte. La maternidad tiene tantos prejuicios como fakenews y quienes deciden o les sucede, se sumergen en un sinfín de presupuestos, dedos acusadores y culpa. “Si bien no te podría dar estadísticas actuales, dado que no es muy habitual recibir este tipo de casos, sí puedo asegurar que estamos es una sociedad que todavía no comprende a la mujer y/o a la persona gestante. Crecimos desde el concepto que tiene que ser madre y cuando suceden este tipo de cosas, se le recrimina la imposibilidad de que una mujer no sepa que está embarazada. Se juzga de manera desacertada, desde el desconocimiento y desde una moral muchas veces de doble filo y claro, injustificada”, recalca la obstetra.
Recordemos aquí la cita de un conocido actor que puso en palabras un concepto instalado en las bases. “Una mujer se realiza cuando es madre”, sostuvo Facundo Arana en el 2018. Y si bien sus declaraciones tuvieron consecuencias ya que generó repudio dentro y fuera de los movimientos feministas, lo dicho no es un error sino una realidad social. Eso, exactamente, es lo que piensan millones de personas en nuestro país y entre muchas razones, la desinformación y la ignorancia son las protagonistas.
Todos los caminos conducen a la ESI
La importancia de la salud sexual integral se repite en cada espacio feminista, pero ¿somos conscientes de cómo impacta no saber de estas cosas en la práctica? La china, por ejemplo, llegó hasta esta situación por tener pólipos endometriales. Los pólipos endometriales son formaciones celulares que sobresalen en la cavidad endometrial y son una patología frecuente ya que afecta al 20% de las mujeres.
“La China”, cada vez que menstrúa, sufre hemorragias y agudos dolores. Todos los meses. Es irregular y en este caso nunca dejó de menstruar hasta la noche en la que se descompuso. “Para que sus hijos no se asusten, después de sufrir una hemorragia feroz, juntó las sábanas y las tiró en la calle en un container en la basura. Se inició una investigación y está privada de la libertad desde diciembre de 2020 por ‘no haber llevado a su hijo a un hospital’, así lo titula la justicia”, detalla la abogada.
¿Cuáles son las patologías que pueden llevarnos hasta ese punto? ¿Por qué no sabemos, desde niñes, cómo funciona nuestro útero y las complicaciones que puede tener ser una persona gestante? “Creo que el pilar fundamental es la educación y sobre todo la educación sexual. Si nos centramos solo en dar anticonceptivos de cualquier tipo, nos olvidamos de educar desde la decisión, los derechos, etc. Hablar de manera correcta, con las palabras exactas, basada en evidencia, sin romantizar la salud sexual, sería un buen camino sobre todo crear la confianza de las personas en si mismas y en el sistema de salud”, agrega la obstetra.
Tenemos una ley nacional que aborda estas cuestiones pero que, aunque lleva más de diez años vigente, tiene muchísimas resistencias. Por desconocimiento, las herramientas que te da una educación sexual integral, se pierden en un manojo de miedos y tabú. Pero no son sólo las instituciones educativas quienes se niegan a pensar la profesión con perspectiva de derechos humanos e información clara, desde el sistema de salúd se cometen infinitas violencias y es la maternidad un blanco socialmente fácil.
“Es muy importante que, sobre todo los efectores de salud (médicos, obstetras, enfermeros, administrativos, entre otros) puedan mirar a las personas fuera de pre conceptos, juzgamientos y moralidad, que dificultan y retrasan el acceso al sistema de salud”, indica Tejerina.
De educación y de justicia
A La china la trataron muy mal los primeros días presa. De hecho la mantuvieron sucia y no le permitieron lavarse ni las manos porque era “una mala madre que no merecía nada”. Esas frases suceden en un sistema que, como indicamos, no entiende a las personas gestantes y no respeta la ley. “Para estos casos es necesario que el personal de salud conozca qué puede suceder, eso sería un gran paso, porque evitaría tantos conceptos que no son necesarios al momento de atender estas situaciones. Primero escuchar a la mujer o persona gestante desde el lado profesional y humano. Acompañar con ayuda psicológica permanente y evaluar cuáles son las causas médicas que pudo ocasionar este tipo de embarazo”, indica Tejerina.
“Cada persona reacciona de manera diferente, teniendo en cuenta justamente que no sabía que estaba embarazada, es muy fuerte decírselo. Hay que hacerlo con cuidado. Si ella desconoce esta situación, es un impacto tremendo. Teniendo en cuenta esto, es muy importante que desde el sistema de salud se pueda acompañar y hacer todos estudios correspondientes para poder descubrir la causa de este tipo de embarazos”, explica la especialista.
Pero así como no es solo el sistema educativo el que se restiste, no es sólo el sistema de salud el negligente, claro, la Justicia en tanto institución se lleva todos los premios. El libro “Dicen que tuve un bebé”, relata la historia judicial de siete mujeres presas por abortos espontáneos en nuestro país y deja en claro el grave problema y las dificultades que trae una justicia escrita e interpretada bajo consignas machistas y conservadoras. La obligatoriedad de la buena madre, los prejuicios respecto a las clases sociales y a lo que se espera o no de una persona gestante se ven reflejados en cada fallo.
“Es alarmante todavía la cantidad de casos similares que están siendo juzgados. Hace muy poco fue absuelta una mujer de 19 años que tuvo tres años presa hasta que se hizo el juicio y en el juicio la absolvieron. Ella intentó interrumpir el embarazo, de hecho creyó que lo había interrumpido y un día la sorprendió el parto. Nadie se había dado cuenta de que estaba embarazada y casi muere desangrada”, explica la abogada.
El aborto en nuestro país es ley desde el 2020 pero se aplica sobre bases vetustas y llenas de prejuicios. Hasta no modificar de raíz las presiones en torno a la maternidad, hasta no dejar de juzgar a los cuerpos gestantes y empezar a leer estas historias con un prisma diverso y de clase, habrá más chinas. Pero a su vez, movimientos y redes de mujeres que las rescaten de una justicia que todavía no se enteró de que además de tener capacidad de gestar, tenemos derechos.
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