INTERÉS GENERAL

Cómo la contaminación del aire está destruyendo nuestra salud

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud difundidas en abril de este año, casi toda la población mundial (99%) respira un aire que supera los límites de calidad recomendados y pone en peligro su salud, siendo esta exposición más elevada en los países de ingresos medianos y bajos.

Los aparatos domésticos de combustión, los vehículos de motor, las instalaciones industriales y los incendios forestales son algunas de las fuentes habituales de contaminación del aire; y entre los contaminantes más preocupantes destacan el monóxido de carbono, el ozono, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre.

Esto provoca que un tercio de las muertes por accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y cardiopatías se deban a la contaminación del aire, explican. Se trata de un efecto equivalente al de fumar tabaco y es mucho más grave que, por ejemplo, los efectos de ingerir demasiada sal.

Ahora, ¿cómo afecta la contaminación del aire a nuestros pulmones?

Mientras que las partículas con un diámetro de 10 micrones o menos pueden penetrar y alojarse en los pulmones, las partículas que son todavía más dañinas para la salud son aquellas con un diámetro de 2,5 micras o menos. Estas partículas son tan pequeñas que 60 de ellas forman el ancho de un cabello humano; pueden penetrar la barrera pulmonar y entrar en el torrente sanguíneo. De esta manera, al ingresar al cuerpo, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y respiratorias, como cáncer de pulmón.

Desde la OMS advierten que el ozono es uno de los principales factores que causan asma (o la empeora), y el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre también pueden causar asma, síntomas bronquiales, inflamación pulmonar e insuficiencia pulmonar.

Por otro lado, cuando hablamos de niños, la contaminación del aire tiene efectos catastróficos. “Cada año, 543.000 niños menores de 5 años mueren a causa de enfermedades respiratorias relacionadas con la contaminación del aire”, sostiene la agencia. “La contaminación del aire también está asociada a cánceres infantiles y está relacionada con la disfunción cognitiva tanto en niños como en adultos”.

Y mientras que las directrices de la OMS establecen que el nivel máximo de seguridad es una concentración media anual de 10 μg/m3 o menos, muchas ciudades superan actualmente los 35 μg/m3.

¿Cómo reducir el impacto de la contaminación del aire? Cuanto más bajos sean los niveles de contaminación del aire mejor será la salud cardiovascular y respiratoria de la población, tanto a largo como a corto plazo, asegura la OMS. Para hacer frente a esta crisis sanitaria, la entidad incita a los países a adoptar ciertas directrices orientadas a reducir las tasas de emisión.

“La calidad del aire está estrechamente relacionada con el clima del planeta y los ecosistemas de todo el mundo. Muchas de las fuentes de contaminación atmosférica emiten también gases de efecto invernadero. Por consiguiente, las políticas orientadas a reducir la contaminación del aire son una estrategia beneficiosa para el clima y la salud, pues reducen la carga de morbilidad y ayudan a mitigar el cambio climático a corto y largo plazo”, enfatizan.

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