Quién es Arcoiris y por qué su destino es noticia

En la noche del miércoles organizaciones de Derechos Humanos y feministas se instalaron en la puerta de la casa de Delfina Silva Zarranz, madre de Arcoiris, con la idea de detener un operativo policial que tenía como objetivo apresar a la mamá y entregar a la menor a la casa de su padre, acusado de ser cómplice de los abusos denunciados.

La historia de comienza en el 2018, cuando Zarranz realizó la primera denuncia en La Rioja al abuelo paterno por un abuso sexual a la pequeña. En ese momento la justicia riojana no dispuso ninguna medida de protección para la menor y su madre. Por esa razón y por reiteradas amenazas, Delfina y su hija se mudaron a la Ciudad de Buenos Airesdonde, hasta hoy, tenían domicilio reservado por orden de la Oficina de Violencia Doméstica, la cual evaluó la situación como “de alto riesgo” para ambas.

Por otro lado y luego de las cinco denuncias realizadas desde el 2018 la justicia dictó la “búsqueda de paradero” al no saber dónde se habían mudado. Cabe destacar que en distintas instancias judiciales, la niña expresó que quería vivir con su madre. 

José “Kuki” Vergara es el abuelo paterno denunciado por los abusos que, según la abogada Giselle Videla, tiene contactos que lo protegen en el poder político y judicial en La Rioja.

Por otra parte, la abogada que integra el colectivo Justicia por Arcoíris, agregó: “Además del abuelo, el padre es quien habilita las situación de abuso que sufre la niña. Está denunciado como partícipe necesario de los abusos, porque pese a haber una orden de restricción de contacto entre el abuelo y la niña, cada vez que ella volvía de las visitas con su padre manifestaba haber estado en contacto con el abuelo y haber sido víctima de nuevas situaciones de violencia sexual”.

En junio de 2022, el Poder Judicial de la Nación dictó medidas de protección para la niña. Entre ellas, la prohibición de acercamiento y de contacto por parte del progenitor por tiempo indeterminado.

Pero en diciembre, la jueza Carla Menem pidió revincular a la niña con su padre y solicitó al Juzgado N° 106 de Buenos Aires “la colaboración para informar el domicilio” de Arcoíris. En ese momento Delfina Zarranz fue imputada por “desobediencia a la autoridad e impedimento de contacto de hijos menores con sus padre no convivientes agravado en concurso real y acumulado”.

Por esa razón, este miércoles por la noche, la División Delitos Contra Grupos Vulnerables de la Policía de la Ciudad ordenó allanar el domicilio de Delfina en Almagro para llevar a cabo su detención.

“Se dispone la detención de un femenino mayor de edad y la restitución de su menor al Consejo de Niñas, Niños y Adolescentes, dado que la mujer habría realizado una denuncia por abuso en la provincia de La Rioja, indicando que el abuelo de la menor la habría abusado sexualmente. Al ser citada y no presentarse, se lleva a cabo el allanamiento y solicitud de detención de la misma”, dictaba el comunicado policial.

Al circular esta noticia, organizaciones feministas y de Derechos Humanos se autoconvocaron frente al domicilio ubicado en Bulnes y Sarmiento para oponerse a que la menor sea llevada con su padre denunciado. 

Al viralizarse la situación, la detención y el allanamiento fueron suspendidos. Una mujer del círculo íntimo que se encuentra con ellas adentro de la casa, aseguró que gracias a la presión ejercida afuera del domicilio se logró llegar a una instancia de negociación con funcionarios judiciales y con la Policía de la Ciudad.

Desde las distintas organizaciones pidieron mantener la vigilia en la puerta de la casa e intensificar la convocatoria hasta que la jueza de marcha atrás a la medida.