Brecha de género: análisis del Informe Global del Foro Económico Mundial y desafíos educativos en Argentina
En un artículo publicado el pasado domingo en un diario nacional, se destaca la preocupante realidad de la brecha de género y se analiza el Informe Global de Brecha de Género 2022 del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). A pesar de los avances en algunos aspectos, el informe revela que aún quedan 132 años para cerrar la brecha de género a nivel mundial.
El estudio del WEF evalúa la situación en 142 países, abarcando alrededor del 75% de los países reconocidos por las Naciones Unidas. Examina cuatro variables clave: oportunidad y participación económica, logro educativo, salud y supervivencia, y empoderamiento político. Según el informe, la brecha de género se sitúa en un 68,1%, lo que implica que se necesitarán 132 años para cerrarla por completo.
En términos generales, se observa un avance significativo en salud y supervivencia, con una brecha del 95,8% a pesar de los desafíos planteados por la pandemia. El logro educativo también muestra mejoras, con una brecha del 94,4%. Sin embargo, la participación económica cae al 60,3% y el empoderamiento político apenas alcanza el 22%. Estos promedios ocultan las grandes diferencias existentes en cada país y revelan que el mayor obstáculo hacia la igualdad de género se encuentra en la participación política, donde las mujeres aún enfrentan importantes dificultades.
En el contexto argentino, el país logra un índice de 75,6%, lo que indica que ha habido avances, aunque persisten desafíos. Llama la atención que en el componente de “logro educativo” se ha cerrado la brecha y en “empoderamiento político” se alcanza un 41,3%. Sin embargo, en el aspecto económico, la brecha sigue siendo del 44%. Es importante destacar que estos valores promedio no reflejan las grandes diferencias existentes dentro del país, especialmente en términos de áreas de estudio y sectores económicos.
Si bien las mujeres en Argentina completan más años de estudio en general, existen disparidades significativas en las áreas de estudio y las ramas profesionales. Las mujeres están sobrerrepresentadas en profesiones de baja productividad y con salarios más bajos, mientras que los hombres tienen una presencia más fuerte en áreas de alta productividad, como las ingenierías, las carreras de matemáticas y la tecnología (STEM). Por lo tanto, la igualdad de género no solo se trata de paridad numérica, sino también de abordar las diferencias en áreas y temas específicos, y promover una mayor capacidad productiva individual y colectiva.
Además, preocupa la caída y el deterioro de la calidad educativa en la educación primaria, secundaria y universitaria en Argentina. Esta situación plantea desafíos importantes para mantener y mejorar la paridad de género en el ámbito educativo. Es fundamental no solo aumentar los años de escolaridad, sino también garantizar la calidad de la educación. Esta es una preocupación que no solo afecta a la brecha de género, sino también a las brechas geográficas y socioeconómicas. La diferencia en la calidad de la educación entre los sectores altos y bajos de la escala económica deja una brecha en el logro educativo que perjudica tanto a nivel individual como a nivel social.
Es crucial reconocer la importancia de abordar estas problemáticas para superar las brechas existentes en la sociedad. La educación de calidad, equitativa y accesible para todos, independientemente del género, ubicación geográfica o nivel socioeconómico, es fundamental para el desarrollo sostenible de un país y para garantizar una sociedad más justa e inclusiva.
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