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Pospandemia y mortalidad materna: es imperativo retomar los controles durante el embarazo

Ahora que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró finalizada la emergencia por COVID-19 es momento de mirar atrás y reparar equivocaciones. Uno de los temas menos discutidos durante la pandemia fue el impacto sobre las mujeres embarazadas. Lamentablemente, los datos son pocos y desalentadores. Es preciso reforzar los controles durante el embarazo, para cuidar tanto la salud de la madre como el bebé y cumplir con el objetivo de menos de 70 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos en el año 2030, reclaman los especialistas.

Embarazo y COVID en Latinoamérica: retroceder 20 años

Un estudio publicado en The Lancet estimó el año pasado que murieron al menos 447 gestantes en Latinoamérica entre 2020 y 2021 por efecto del COVID-19. Autoridades sanitarias denuncian ahora que América Latina retrocedió 20 años en los indicadores de salud materna durante la pandemia. La Argentina no fue una excepción.

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En la región, muere una mujer por hora debido a complicaciones del embarazo y el parto, señala el Banco Mundial. Casi 3.000 muertes maternas se pudieron haber evitado de no haber sido por el impacto de la pandemia sobre la prestación de los servicios de salud sexual y reproductiva.

En la Argentina, las estadísticas oficiales registraron una baja en los embarazos adolescentes, pero un aumento en la mortalidad materna durante la pandemia. La tasa de mortalidad pasó de de 4,1 mujeres por cada 10 mil nacidos vivos en 2020, a 7,4 mujeres en 2021. Se estima que más de la mitad de las 393 embarazadas fallecidas en 2021 murieron por COVID-19. Es imperativo, a partir de ahora, retomar los controles durante el embarazo para garantizar que no se produzcan complicaciones antes, durante y después del parto.

Chequeos durante el embarazo

Los controles durante el embarazo son diferentes en cada trimestre y según los antecedentes de la mujer. En general, se recomienda un mínimo de 5 controles durante los 9 meses de gestación, aunque lo más aconsejable es una visita mensual al obstetra para que controle los parámetros de la madre y el crecimiento del feto, además de recomendar las vacunas necesarias según la época del año. Por ejemplo, ahora es momento de que las embarazadas argentinas reciban la antigripal y actualicen su refuerzo de vacuna COVID-19, si hace más de cuatro meses que recibieron la última dosis.

Se recomiendan dos ecografías, una al comienzo del embarazo y otra alrededor de la mitad de la gestación. El médico suele también indicar análisis de sangre y orina para evaluar el nivel de azúcar en sangre (y descartar una eventual diabetes gestacional), el número de glóbulos rojos y blancos, identificar el grupo sanguíneo y RH, y la presencia de marcadores de la enfermedad de Chagas, toxoplasmosis, HIV, hepatitis, sífilis y otras patologías.

La suplementación de la dieta materna con ácido fólico, vitaminas y minerales (especialmente, hierro) es uno de los pilares fundamentales para evitar que los bebés nazcan con bajo peso o talla. El ácido fólico es fundamental durante los primeros meses de embarazo para evitar problemas del sistema nervioso en el bebé, tales como la falla en el cierre del tubo neural que contiene la médula espinal.

El control del peso de la madre y del bebé es fundamental para garantizar un embarazo y parto saludables. También es necesario el monitoreo cardíaco de ambos, para descartar problemas de corazón. La presión arterial debe ser chequeada en cada visita obstétrica, así como la posible hinchazón de piernas y tobillos.

Tests optativos

Entre los tests optativos, figuran los análisis genéticos. Muchas mujeres mayores de 35 años deciden tomarse una muestra del líquido de la placenta alrededor del cuarto mes para evaluar la presencia de anomalías genéticas o cromosómicas en las células, tales como la trisomía del cromosoma 21, que origina el síndrome de Down.

Actualmente también hay estudios genéticos que se pueden hacer con solo una muestra de sangre, sin necesidad de hacer una punción en el abdomen de la madre. Estos nuevos tests no invasivos se realizan generalmente después de la semana 10 de embarazo y permiten conocer con un 95% de seguridad si hay una trisomía y también el sexo biológico del feto.l

Algunas malformaciones detectadas por ecografía o tests genéticos pueden remediarse mediante tratamientos o cirugías prenatales, dentro del útero materno. Otras pueden ser corregidas después del parto. Pero muchas mutaciones no tienen cura todavía.

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Fuente
Pensar Salud

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