Ocho años después: la lucha tras el femicidio de Chiara Páez
¿Dónde están las feministas ocho años después del femicidio de Chiara Páez? El impacto del caso que conmocionó a la sociedad y la lucha contra la violencia de género: ¿Qué ha cambiado y qué desafíos persisten?
Han transcurrido ocho años desde que nuestro país se convirtió en escenario de una de las revueltas feministas más poderosas en la historia. El asesinato de Chiara Páez marcó un antes y un después en la sociedad, desencadenando un crecimiento exponencial del movimiento feminista que surgió del hartazgo acumulado durante décadas de silencio.
El 3 de junio de 2015, millones de mujeres y personas disidentes alzaron su voz en repudio al femicidio de una adolescente de 14 años, embarazada y enterrada en el patio de la casa de su exnovio. La consigna básica y contundente era “Paren de matarnos” y “Vivas nos queremos”. En ese momento, la figura del femicidio aún era relativamente nueva en nuestro Código Penal, y el cansancio acumulado por las violencias vividas encontró su expresión en una manifestación que superó todas las expectativas, dejando claro que las cosas debían cambiar.
Políticas
A partir de ese momento, se impulsaron políticas públicas para erradicar la violencia de género, y los movimientos feministas organizados lograron la aprobación de leyes que colocaron a nuestro país a la vanguardia en la lucha por los derechos de las mujeres. Entre estas leyes se encuentran la Ley de Paridad, la Ley Brisa, la Ley Micaela, la incorporación del acoso callejero como violencia de género, el cupo laboral trans, la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, entre otras.
No solo se produjo un impacto en el ámbito judicial, sino que los medios de comunicación, los lugares de trabajo, las familias y las amistades también se vieron sacudidos por una ola de reclamos que aún persiste. En 2019, se logró poner en evidencia la cultura de la violación como uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, lo cual llevó a cancelaciones, acalorados debates sociales y un aumento significativo en las denuncias por abuso sexual.
La sexualización de menores de edad en la cultura mainstream ha sido rechazada activamente, al igual que los chistes sexistas que menosprecian nuestras capacidades. Los abusos de poder ya no pasan desapercibidos y se han creado protocolos de género en lugares donde la desprotección era evidente.
Avances conseguidos por la quinta ola feminista: transformando la sociedad en múltiples aspectos
Se han logrado avances en temas como los cuidados equitativos, la presencia paterna, los partos respetados, el lenguaje inclusivo, los derechos sexuales y reproductivos, la paridad de género en el cine, la música, los medios de comunicación y el Congreso de la Nación. El aborto legal, la Educación Sexual Integral y las redes de mujeres que luchan en cada rincón del país donde el Estado falla son algunos de los logros consolidados por la quinta ola feminista que arrasó con todo lo que pudo.
Sin embargo, a pesar de este largo recorrido, la fuerza que se manifestaba en las calles ha disminuido debido a la inesperada pandemia, el agotamiento mental provocado por la profunda crisis económica del país y la falta de interés generado por la repetición constante de consignas que parecen perder significado.
Aunque algunas cosas han cambiado, otras aún se mantienen igual. Cada 28 horas, una mujer es asesinada por un hombre violento. Desde que se comenzaron a contabilizar los femicidios, se han registrado 2554 casos y esta cifra parece no disminuir significativamente. Además, nueve de cada diez hombres con órdenes de restricción las violan, y el hogar continúa siendo el lugar más inseguro para quienes sufren violencia.
El desafío pendiente: la falta de avances en justicia y denuncias por abuso sexual
La justicia y las denuncias por abuso sexual no han experimentado cambios significativos. Según la última Encuesta Nacional de Victimización del INDEC (2017), la tasa de “no denuncia” en casos de ofensas sexuales alcanza el 87%, una de las más altas registradas. Además, los datos oficiales del Ministerio de Seguridad de la Nación muestran un aumento en los casos de violación desde 2015 hasta la actualidad, con un total de 5.613 casos registrados en 2020, siendo el 80% de las víctimas mujeres y solo el 10% hombres.
Los femicidios son la consecuencia de una cadena de maltratos y discriminaciones, y esta cifra es un indicativo de la desigualdad estructural que persiste. Las organizaciones que trabajan en esta problemática señalan que, en general, las cosas siguen siendo similares a lo que eran hace una década, pero ahora tenemos la información y la pregunta es qué haremos con ella.
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