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Concientización en el día mundial de la leucemia linfocítica crónica

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La Leucemia Linfocítica Crónica (LLC) se erige como un desafío de salud significativo, representando alrededor del 30% de los diagnósticos totales de leucemia en nuestro país. Según datos del Instituto Nacional del Cáncer, se estima que alrededor de 3,200 personas reciben el diagnóstico de leucemia anualmente, de las cuales más de mil serían casos de LLC. Aunque los hombres mayores de 50 años enfrentan el doble de riesgo que las mujeres, esta enfermedad no hace distinciones por género ni edad, afectando al 60% de los diagnosticados sin presentar síntomas al momento del diagnóstico.

En el umbral del primero de septiembre, fecha dedicada a la conmemoración del Día Mundial de la Leucemia Linfocítica Crónica (LLC), la Asociación ALMA alza la voz sobre la importancia vital de la detección temprana. Reconocer los signos y síntomas, y actuar sin demora, se alza como el camino para asegurar el comienzo oportuno del tratamiento más eficaz y, por ende, el mejor manejo posible de la enfermedad.

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Fernando Piotrowski, un paciente de leucemia y Director Ejecutivo de ALMA, subraya: “Cada presentación de leucemia es única, no obstante, comparten la necesidad de no subestimar señales inusuales en el cuerpo. Ante cualquier duda, es recomendable buscar atención médica o acudir a urgencias. Un profesional de la salud es quien puede determinar si es necesario realizar estudios específicos”.

La génesis de la leucemia implica la producción irregular de glóbulos blancos en la médula ósea, desplazando progresivamente a las células sanguíneas normales. A pesar de la falta de especificidad en los síntomas, ciertos indicios podrían sugerir la presencia de LLC:

  • Aumento de ganglios en áreas como el cuello, axilas, estómago o ingle.
  • Hematomas y sangrados inexplicables.
  • Sudores nocturnos.
  • Fiebres persistentes.
  • Fatiga constante.
  • Susceptibilidad a infecciones.
  • Pérdida de peso involuntaria.
  • Dolor abdominal debido al agrandamiento del bazo.

La Dra. Silvana Cugliari, jefa de hematología del Instituto de Oncología Ángel Roffo, enfatiza: “Aunque estos síntomas no necesariamente apuntan a leucemia, precisamente por su naturaleza insesgada, estas enfermedades pueden pasar desapercibidas. Por ello, buscar atención médica rápidamente resulta esencial para descartar o diagnosticar tempranamente la leucemia”.

El diagnóstico de LLC se establece mediante análisis de sangre. En ocasiones, este diagnóstico sorprende durante exámenes rutinarios u otros procedimientos médicos. Si los resultados indican la presencia de células leucémicas o recuentos anormales de glóbulos, el médico podría solicitar una biopsia de médula ósea y pruebas genéticas para confirmar el diagnóstico.

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Aunque no se dispone de una cura definitiva para la LLC, los tratamientos actuales permiten controlarla en el transcurso de periodos prolongados. El desarrollo de la enfermedad suele ser gradual, lo que lleva a un periodo de “vigilancia activa” en la mayoría de los pacientes, en el cual no se requiere intervención inmediata. Cerca del 30% de los pacientes nunca necesitará tratamiento, mientras que otros iniciarán terapia en algún momento, basado en la progresión de la enfermedad y la recomendación del profesional de salud.

La Dra. Cugliari subraya que la variabilidad en los resultados se ve influida por diversos factores. “Edad, género, genética, origen étnico, condiciones médicas concomitantes, tipo de tratamiento y complicaciones son elementos que influyen en el curso de la enfermedad y el pronóstico individual”.

En términos generales, se abordan tres estrategias:

  • Vigilancia activa.
  • Inmunoquimioterapia.
  • Terapias dirigidas.

Los avances terapéuticos recientes han desplazado en gran medida a la quimioterapia, priorizando tratamientos dirigidos. Estos enfoques atacan específicamente blancos celulares, minimizando daños a células sanas y reduciendo efectos secundarios. Esta revolución terapéutica ha prolongado la expectativa de vida de los pacientes con LLC, con el objetivo actual de permitir una vida normal y, en última instancia, fallecer debido a causas distintas.

En palabras de la Dra. Cugliari: “Algunos tratamientos actuales logran respuestas profundas, llevando la enfermedad a niveles indetectables durante largos períodos. Estos esquemas suelen durar uno o dos años. Actualmente, la última innovación, aprobada en Brasil y Europa, consiste en una terapia oral de duración limitada, no quimioterapéutica, con excelentes resultados como tratamiento de primera línea”.

En este contexto, Piotrowski recalca la necesidad de acompañar la innovación con políticas de acceso a medicamentos. “Sin actualizaciones en los formularios de las obras sociales y prepagas, los pacientes deben luchar por meses para obtener terapias avanzadas, en un proceso legal lento y burocrático. Esto resulta especialmente grave en enfermedades donde el tiempo es crucial”.

Encuesta a pacientes

Para arrojar luz sobre los desafíos que enfrentan las personas con enfermedades oncohematológicas (leucemias, linfomas y mieloma), ALMA, ACLA (Asociación Civil Linfomas Argentina) y FAM (Fundación Argentina de Mieloma) están llevando a cabo una encuesta conjunta. Con más de 500 participantes, invitan a todos los pacientes a sumarse, contribuyendo a una comprensión más profunda de la realidad de estos pacientes. La convocatoria cierra la primera semana de octubre y los resultados se presentarán en el Congreso de Hematología de la Sociedad Argentina de Hematología en Mar del Plata, en noviembre.

Leucemia Linfocítica

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