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El hombre nuclear: explorando la ciencia detrás de la ficción

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La voz de Richard Anderson, en su papel de Oscar Goldman, se hizo eco en la década de 1970 con la promesa de reconstruir la vida de Steve Austin, el astronauta, en una popular serie de ciencia ficción conocida como ” El Hombre Nuclear “. Esta narrativa seguía las peripecias de Austin, quien, después de un grave accidente, se convertía en un organismo cibernético, superdotado gracias a prótesis avanzadas.

En la serie, la operación reconstructiva se valoraba en seis millones de dólares, pero hoy en día, con la inflación, costaría más de 40 millones. Sin embargo, ¿qué costaría realmente construir un Hombre Nuclear con la tecnología actual?

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El avance de las prótesis humanas es verdaderamente sorprendente, y refleja la creatividad y la ingeniería humana para superar las limitaciones físicas. Esta historia comienza en el antiguo Egipto con prótesis rudimentarias y se extiende a través de los siglos, llegando al presente con materiales avanzados, sensores y actuadores eléctricos.

Hablemos del brazo biónico de Steve Austin, un dispositivo electromecánico que replica la funcionalidad del brazo y la mano. Hoy en día, existen prótesis similares, como LUKE, desarrollado por DARPA y la Universidad de Utah. LUKE puede ser controlado por impulsos eléctricos cercanos al lugar de la amputación y permite a los usuarios sentir lo que tocan. El precio de esta obra maestra de la ingeniería ronda los 100,000 dólares.

Ahora, centrémonos en las piernas del Hombre Nuclear, que le permitían correr a velocidades sobrehumanas. Un ser humano con piernas biológicas podría correr a unos 65 km/h en condiciones óptimas, pero el récord mundial actual está en 44.72 km/h. Las piernas biónicas, diseñadas para reemplazar extremidades inferiores, imitan los movimientos naturales mediante sensores, microprocesadores y actuadores. Las más avanzadas, como el modelo Linx de Blatchford, cuestan alrededor de 70,000 dólares, pero aún no permiten alcanzar las velocidades impresionantes de Steve Austin.

En resumen, la ciencia ficción nos mostró un mundo de posibilidades con un costo de seis millones de dólares, pero la realidad actual ofrece avances asombrosos en prótesis que, aunque caros, aún no pueden replicar completamente las capacidades del Hombre Nuclear.

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