Microbiota fecal: una revolución terapéutica que va más allá de la prevención de infecciones
Durante décadas, los microorganismos fueron percibidos únicamente como causantes de enfermedades, sin embargo, la perspectiva ha cambiado radicalmente. Hoy en día, el trasplante de microbiota fecal (TMF) emerge como el tratamiento líder para individuos que sufren de infecciones recurrentes con Clostridium difficile (ICD) o aquellos que ya no responden a los antibióticos tradicionales. Esta sorprendente intervención también está siendo investigada para abordar diversas patologías.
En distintas partes de nuestro cuerpo, una multitud de microorganismos coexiste, especialmente en el colon, la última sección del intestino grueso. Mientras les brindamos refugio y alimento, estos microorganismos desempeñan funciones cruciales para nuestra supervivencia, como la producción de aminoácidos, ácidos grasos y vitaminas. Además, contribuyen al entrenamiento de nuestro sistema inmunológico y nos protegen contra la proliferación de gérmenes peligrosos, entre ellos, el Clostridium difficile.
La infección por Clostridium difficile puede variar desde diarrea leve hasta complicaciones graves como perforación intestinal y shock séptico, con una mortalidad del 9% en pacientes hospitalizados. Este problema está directamente vinculado a la interrupción de la microbiota intestinal, a menudo causada por el uso excesivo de antibióticos.
Aunque inicialmente se usaba la vancomicina para tratar la ICD, se ha observado que una alta proporción de pacientes sufre recurrencias. Aquí es donde entra en juego el TMF, recomendado especialmente para casos recurrentes o cuando la infección ya no responde a los antibióticos tradicionales.
El proceso de trasplante de microbiota fecal implica una cuidadosa selección de donantes, sometidos a evaluaciones médicas exhaustivas para garantizar la ausencia de patógenos y la salud general de su microbiota. La administración puede realizarse mediante endoscopía, colonoscopía, vía oral o enema, dependiendo de las condiciones clínicas del paciente.
El Hospital de Clínicas de Buenos Aires, pionero en Argentina, ha llevado a cabo más de 300 TMF desde 2016, con una tasa de éxito superior al 90%. Este procedimiento no solo ha demostrado ser efectivo para tratar la ICD, sino que también se investiga su aplicación en otras condiciones, desde enfermedades autoinmunes hasta casos de cáncer y enfermedades neurológicas.
A pesar de las prometedoras posibilidades, el médico Carlos Waldbaum, experto en microbiota intestinal, enfatiza la importancia de la precaución, advirtiendo contra los trasplantes caseros realizados por no profesionales. Además, sugiere medidas preventivas, como mantener una dieta equilibrada y evitar el tabaco y el alcohol, para fomentar una microbiota saludable. El TMF, una vez visto como un último recurso, se está convirtiendo en una revolucionaria opción terapéutica con un potencial que va más allá de la prevención de infecciones.
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