Desafíos y renovación: el Peronismo frente a un cambio inesperado en las elecciones
En un ciclo anual caracterizado por fluctuaciones internas, el peronismo se vio envuelto en la esperanza de mantener el Gobierno, a pesar de la creciente inflación y las tensiones de poder dentro de Unión por la Patria. Sin embargo, la sorprendente derrota en las elecciones dejó al partido sin un liderazgo claro para iniciar la tan necesaria reorganización y renovación. Las primeras medidas implementadas por Javier Milei lograron consolidar la unidad en la coalición opositora, manteniendo la cohesión de acción.
A lo largo de una extensa campaña electoral, el peronismo experimentó una montaña rusa emocional, desde las elecciones internas en agosto, donde Sergio Massa se ubicó en tercer lugar, hasta la victoria en la primera vuelta el 22 de octubre y la posterior derrota en el balotaje por 11 puntos. La frase de Cristina Kirchner, pronunciada hace más de un año, prometiendo no ser candidata, impactó profundamente en el peronismo, instándolos a asumir el liderazgo.
Bajo una creciente desorientación, con el gobierno enfrentando desafíos económicos y una inflación en aumento, la militancia peronista abogaba por la candidatura de Cristina Kirchner, expresada con el popular grito: “Cristina, presidenta”. A pesar de los esfuerzos de la Mesa de Ensenada y las presiones de los sectores kirchneristas, la exvicepresidenta mantuvo su posición, generando incertidumbre en el seno del peronismo.
La renuncia de Alberto Fernández a la reelección, precedida por la frase “Démosle la lapicera a cada militante”, intensificó la búsqueda de liderazgo. Sin definiciones claras en el congreso del PJ nacional, los gobernadores peronistas tomaron las riendas de sus propios calendarios electorales provinciales, desacoplándose de los comicios nacionales.
Cristina Kirchner se convirtió en una figura central para la elección del candidato presidencial, pero las negociaciones y tensiones internas culminaron en una fórmula inesperada: Massa-Rossi. A pesar de la falta de respaldo de la expresidenta a Scioli en 2015, esta vez compartió un acto con el ministro de Economía, otorgándole su bendición estratégica.
Tras la derrota en las PASO y la posterior victoria en las elecciones generales, el peronismo se unió aún más detrás de Massa. Sin embargo, la ilusión de ganar el balotaje se desvaneció con la derrota final. Ante la embestida del Gobierno de Milei, el peronismo mostró una reacción inusual al no presentar renuncias, optando por la prudencia para evaluar los próximos movimientos.
Aunque la unidad se mantuvo, la ausencia de Cristina y Alberto en el escenario político dejó al gobernador Kicillof como posible líder. El 2023, tras un año complejo, estará marcado por la reorganización y la búsqueda de un nuevo liderazgo, reflejado en el rechazo a medidas económicas y proyectos de ley enviados al Congreso. “Unidad en la resistencia”, resume el peronismo, preparándose para los desafíos del próximo año.
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