El Banco Central anuncia bono para importadores y modernización en autorizaciones de importación
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) tiene previsto lanzar la próxima semana un novedoso bono destinado a importadores, con el objetivo de regularizar la deuda existente con este sector y, al mismo tiempo, reactivar el dinamismo del comercio internacional.
Simultáneamente, se implementará un nuevo esquema de autorizaciones automáticas de importaciones, sustituyendo así las SIRAs establecidas por la administración saliente. Como parte de esta iniciativa, las empresas podrán negociar acuerdos de pago con sus proveedores, permitiendo el fraccionamiento del monto en cuatro cuotas, cada una correspondiente al 25%.
La deuda acumulada con importadores asciende a US$ 60.000 millones. Como contrapartida, el Banco Central facilitará la suscripción del “Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre” (BOPREAL). Este título, denominado en dólares, ofrecerá una tasa anual del 5% y permitirá la suscripción en pesos, con plazos de 1 a 5 años.
El gobierno busca que este bono, una vez emitido, sea comercializado en el mercado secundario a un valor cercano a la par, desempeñando así un papel equilibrador en el tipo de cambio.
Los detalles de esta estrategia fueron revelados por la agencia ANP a partir de un comunicado de la Federación Argentina de la Industria Gráfica y Afines (FAIGA). Juan Carlos Sacco, titular de FAIGA, compartió los pormenores tras un encuentro con el nuevo secretario de Comercio, Pablo Lavigne.
Las empresas que adquieran el BOPREAL podrán utilizarlo para saldar impuestos, en el caso de que sus proveedores no acepten el título y prefieran recibir pagos en dólares.
Para acceder al BOPREAL, las empresas deben certificar su deuda ante la AFIP, generando especulaciones sobre que la mayoría de los compromisos sean intraempresariales, especialmente con casas matrices. En este contexto, es probable que las grandes firmas opten por adquirir bonos a 5 años, según indican estudios privados que señalan que el 90% de la deuda comercial externa corresponde a transacciones entre empresas relacionadas. En este nuevo escenario político, es plausible que este grupo de grandes empresas confíe en el éxito de la iniciativa y acepte postergar el cobro de sus dólares para el futuro.
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