Brecha de género en educación y empleo a nivel mundial
La paradoja que envuelve la brecha de género en educación y empleo persiste a escala global, revelando una realidad compleja y desafiante. Según revela el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aunque las mujeres ostentan niveles educativos formales superiores a los hombres, persiste una disparidad alarmante en términos salariales y oportunidades laborales.
Las cifras del BID señalan que, a pesar de que la brecha educativa de género se ha reducido en América Latina y el Caribe, las mujeres aún ganan un 23% menos que sus homólogos masculinos. Además, 1 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia de género, mientras que las tasas de embarazo adolescente en la región son las segundas más altas a nivel mundial.
En el ámbito educativo, las estadísticas reflejan que las mujeres no solo superan a los hombres en la educación secundaria y terciaria, sino que también exhiben tasas de graduación más elevadas. No obstante, esta ventaja educativa no se traduce proporcionalmente en el terreno laboral. Las mujeres se enfrentan a barreras sistemáticas que limitan su acceso a roles de mayor responsabilidad y a sectores económicamente lucrativos. Este fenómeno, conocido como segregación ocupacional, contribuye a la desigualdad salarial de género, ya que las mujeres tienden a concentrarse en sectores con remuneraciones más bajas y en trabajos a tiempo parcial o temporal.
El BID destaca que la brecha salarial de género es aún más pronunciada para las mujeres altamente educadas, ganando un promedio del 28% menos que los hombres con el mismo nivel de estudios. Las razones subyacentes son variadas e incluyen discriminación directa e indirecta, responsabilidades domésticas mayormente asumidas por mujeres y limitado acceso a redes profesionales y mentoría.
Una estrategia clave para abordar esta desigualdad es la inclusión de mujeres en empleos formales y sectores de altos ingresos, lo que implica educar a mujeres y niñas en STEM y otros campos emergentes. Además, la capacitación de mujeres en sectores no tradicionales, como empleos digitales y verdes, desempeña un papel esencial.
Otro aspecto crucial para el empoderamiento económico es fomentar empresas lideradas por mujeres. El BID destaca la importancia de promover el acceso a mercados regionales y globales, así como facilitar el acceso a créditos y habilidades empresariales necesarias para el crecimiento.
Finalmente, el BID aboga por la presencia de mujeres en posiciones de liderazgo y toma de decisiones en diversos sectores y niveles. Para respaldar este objetivo, ofrece un curso en línea gratuito llamado “Liderazgo de las mujeres: impulsa tus habilidades e impulsa el cambio”, que ha capacitado a más de 5,900 mujeres en habilidades de liderazgo en contextos personales, comunitarios y profesionales.
En conclusión, cerrar la brecha de género en el ámbito laboral requiere políticas públicas centradas en la creación de entornos laborales inclusivos, el fomento de la participación femenina en sectores tradicionalmente dominados por hombres y la implementación de leyes que garanticen la igualdad salarial. Además, programas de asistencia y cuidado infantil, junto con licencias parentales remuneradas y compartidas, son vitales. La brecha de género no solo desafía la equidad y la justicia social, sino que también representa una pérdida significativa de potencial productivo para las economías. La igualdad de oportunidades y la remuneración equitativa son no solo derechos fundamentales, sino también elementos clave para el desarrollo sostenible y la prosperidad económica global.
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