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Desafíos y tendencias en la industria de la construcción para el 2024

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En el transcurso del año 2023, las principales empresas dedicadas a la venta de materiales para la construcción experimentaron una disminución del 7,9% en sus ventas en comparación con el año anterior. Este declive se vio influenciado por diversos factores, entre ellos, la aceleración de la inflación y las incertidumbres macroeconómicas exacerbadas durante el período electoral.

El Índice Construya (IC), que analiza la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado por las compañías líderes en el rubro, reveló un descenso alarmante del 14,8% en diciembre, con un colapso del 17,4% respecto al mismo período en 2022. Este indicador reflejó una baja acumulada del 7,9% en todo el año, marcando la primera caída después de dos años consecutivos en aumento y superando el 5,8% registrado durante la pandemia en 2020.

Durante el 2023, la medición interanual mostró descensos mensuales, con la única excepción de octubre, cuando las compras preventivas impulsaron un aumento del 4,8% en los despachos de materiales. No obstante, el panorama general se vio afectado por la incertidumbre asociada al cambio de gobierno, un fenómeno que se espera persista durante el verano, según señalan expertos del Grupo Construya.

El próximo año, las perspectivas no son más alentadoras, ya que consultoras, empresas y el Gobierno anticipan una caída en el consumo y, por ende, en la actividad económica. El impacto de la inflación sobre los ingresos disponibles de las familias se presenta como un desafío adicional, dejando menos margen para la adquisición de bienes duraderos, como los relacionados con la construcción.

Una encuesta de la Fundación Observatorio Pyme reveló que el 75% de más de 700 micro, pequeñas y medianas empresas de todo el país espera una recesión en 2024, y casi el 40% anticipa que esta durará entre 1 y 2 años. Las empresas vinculadas a la construcción, la industria y el comercio, motores fundamentales de la economía local, son las que prevén sufrir el mayor impacto.

Además, la incertidumbre sobre el futuro de la obra pública bajo la nueva gestión agrega un elemento de preocupación al sector. Aunque se asegura el respeto a los contratos existentes, la falta de fondos según La Libertad Avanza y las advertencias de la Cámara Argentina de la Construcción sobre un posible “crack en la actividad” generan incertidumbre, ya que estiman que hasta 300,000 empleos podrían estar en riesgo. La evolución de estos acontecimientos será clave para definir el rumbo de la industria de la construcción en el próximo año.

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