El Gobierno desestima el impacto del paro y cuestiona la racionalidad de la CGT
En vísperas del primer paro nacional convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), el Gobierno restó importancia a la medida, argumentando que tuvo un escaso acatamiento y que fue conforme a sus expectativas.
El presidente Javier Milei expresó en sus redes sociales: “Nunca fue tan clara la elección. Hacemos los cambios o seguimos presos de estos extorsionadores”, tras las amenazas de Pablo Moyano de que, si el ministro de Economía, Luis Caputo, adopta ciertas medidas, “los trabajadores lo van a tirar al Riachuelo”.
Durante la jornada de protesta contra el mega DNU y la Ley Ómnibus, el jefe de Estado supervisó la movilización hacia el Congreso, acompañado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien luego presentó su informe tras permanecer en el Comando Unificado. Ambos coincidieron en que se lograron los objetivos en términos de orden y seguridad, estimando una asistencia de no más de 40 mil personas.
Desde el entorno presidencial, se considera que, a pesar de la preocupación que genera cualquier paro, la rápida convocatoria beneficia al Gobierno en este contexto. “Nunca es bueno para nadie un paro, pero es mejor que haya surgido en estas circunstancias porque no tiene explicación”, afirmó una fuente de Balcarce 50.
Irónicamente, desde el entorno del Presidente se refirieron a la CGT como “gente irracional”, sugiriendo que la convocatoria sindical fue de escaso acatamiento. Bullrich calificó el paro como “muy flojo”, destacando que solo el 4% de los comercios de la Capital Federal adhirieron y recibiendo comentarios de ciudadanos hartos de las interrupciones en el país.
El ministro del Interior, Guillermo Francos, afirmó en una entrevista que “los argentinos no acompañan el paro” y atribuyó la baja adhesión a la expectativa de una transformación que están esperando.
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