La industria del calzado nacional busca la reducción de aranceles para preservar empleos
La industria del calzado en Argentina, compuesta tanto por ensambladoras locales como por renombradas marcas deportivas internacionales, se encuentra en una encrucijada. La solicitud al gobierno para la disminución de aranceles para los componentes importados, que actualmente alcanzan hasta el 35%, surge como una medida crucial para mantener la estabilidad en un sector que emplea a más de 55,000 trabajadores directos en el país.
El cambio en las condiciones comerciales, impulsado por la apertura de importaciones bajo la administración del presidente Javier Milei, ha generado un desequilibrio. Los actores de la industria argumentan que la liberación de importaciones favorece proporcionalmente la adquisición de productos terminados en comparación con los insumos necesarios para la producción local.
La asimetría actual amenaza con poner en riesgo miles de empleos, advirtieron fuentes del sector fabricante de calzados a Noticias Argentinas. A pesar de que el plan original de la industria, un régimen de promoción que obtuvo media sanción en Diputados, quedó a la espera en el Senado, la realidad política y económica plantea escasas posibilidades de que se trate.
La propuesta de eliminar o reducir los aranceles para bienes intermedios se presenta como una solución “win-win”, beneficiando tanto a la industria nacional como a las grandes marcas. Los fabricantes sugieren que esta medida permitiría afrontar la competencia de las importaciones, evitando despidos y cierres de fábricas.
A pesar de posibles reticencias ideológicas hacia un régimen de promoción, los involucrados sostienen que la reducción de aranceles para insumos importados podría ser una alternativa eficaz. Esta medida no solo mantendría activa la industria y reduciría los precios locales, sino que también facilitaría una apertura gradual del comercio, alineándose con las tendencias actuales hacia una mayor liberalización.
Con más de 55,000 empleos en juego, los fabricantes nacionales de calzado buscan equilibrar la competencia en un mercado global dominado por China y Vietnam. Aunque la Argentina cuenta con mano de obra calificada y proveedores locales, las barreras arancelarias han llevado a las grandes marcas a preferir el ensamblaje en otras regiones. Los industriales aseguran que la medida propuesta no perjudicaría a las pymes locales, ya que los proveedores existentes se centran principalmente en el mercado de calzado de cuero tradicional.
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