GÉNERO

Persistente brecha salarial de género: Un desafío global que requiere acción inmediata

Opinando San Nicolás google news

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha revelado en su último informe que, a la velocidad actual de progreso, la brecha salarial de género a nivel mundial podría cerrarse recién en seis décadas. Según la OIT, la diferencia salarial entre hombres y mujeres es del 23%, lo que significa que, en promedio, las mujeres ganan un 77% de lo que ganan los hombres.

Argentina no escapa a esta realidad, ya que, según la OIT, por cada peso que gana un hombre, una mujer gana 27 centavos menos. Esta cifra se asemeja a la situación en otros países de la región, como Brasil, donde las mujeres cobran en promedio 24 centavos menos por cada peso que se paga a los hombres.

A pesar de la ratificación por parte de 175 países, incluyendo Argentina, del Convenio internacional sobre igualdad de remuneración desde 1951, la OIT estima que, al ritmo actual, la igualdad salarial no se logrará antes de 2086. El informe destaca que la brecha salarial está vinculada directamente a desigualdades en el acceso a la educación, la distribución desigual de las tareas de cuidado, la segregación ocupacional y la menor participación en sindicatos y negociaciones colectivas por parte de las mujeres.

La discriminación salarial, según la OIT, puede ser tanto directa como indirecta. En el primer caso, los salarios se determinan específicamente por el género, mientras que en el segundo, se basa en la fijación de salarios más bajos en sectores tradicionalmente feminizados.

Datos del Observatorio de Políticas de Género argentino revelan que la disparidad salarial se ve influenciada por factores que trascienden el ámbito laboral, como la distribución desigual de las tareas de cuidado y del hogar, la calificación de las tareas consideradas “femeninas” o “masculinas”, el presentismo y el uso de licencias por responsabilidades de cuidado.

Los informes del Ministerio de Economía respaldan estas diferencias, mostrando que en el ámbito formal, los hombres ganan hasta un 30% más que las mujeres, mientras que en el sector informal, esta brecha se amplía al 35,6%.

La OIT destaca que abordar las causas subyacentes de estas disparidades no solo beneficiará económicamente a las mujeres, sino que también será fundamental para combatir la discriminación de género en el lugar de trabajo y promover la igualdad de género en su totalidad. Lograr la igualdad salarial, por lo tanto, se presenta como una herramienta crucial en la lucha por la equidad de género.

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