La violencia de género en el ciberespacio: una realidad palpable
Al despertar una mañana, María se encuentra con una serie de notificaciones en sus redes sociales. El tono es agresivo, las palabras son punzantes. Han tomado su peor fotografía y la han manipulado, difundiéndola por todas partes. Diez, veinte, cien personas se suman al ataque, y parece que son miles. En cada mensaje, su nombre es mencionado en medio de acusaciones inventadas. En lugar de encontrar apoyo, María se encuentra con la indiferencia de su entorno laboral, que considera el problema como suyo y no suyo. Incluso algunos colegas se unen al acoso compartiendo mensajes hostiles.
Este tipo de situación es lamentablemente común para periodistas en Argentina, y no son casos aislados. La violencia de género en el ciberespacio es una realidad que golpea con fuerza a mujeres y a personas diversas. Es un problema que, al igual que cualquier forma de violencia de género, no debe ser tratado como un asunto privado o individual, sino como un problema social que requiere una respuesta colectiva.
Según la Unidad de Investigación de la revista The Economist (2020), el 85% de las mujeres en todo el mundo han experimentado o presenciado violencia contra otras mujeres en entornos digitales. Además, el informe “Violencia en línea contra las mujeres periodistas: Instantánea mundial de la incidencia y las repercusiones”, realizado por la UNESCO y el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) a fines de 2020, reveló que el 73% de las mujeres periodistas encuestadas habían experimentado violencia en entornos digitales mientras realizaban su trabajo. El 25% recibió amenazas de violencia física, el 18% fue amenazado con violencia sexual, y el 20% fue atacado incluso cuando no estaban en línea directamente relacionado con la violencia en línea que experimentaron.
La Relatoría Especial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer (2018) ha señalado que el simple hecho de que las mujeres estén en línea las pone en riesgo de sufrir violencia de género, especialmente cuando participan en conversaciones políticas o temas relacionados con la igualdad de género.
No es de extrañar que la reciente reunión de la Comisión Jurídica y Social de la Mujer en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York haya puesto un énfasis particular en el uso y la apropiación de las tecnologías de la información por parte de mujeres y niñas, así como en la reducción de las brechas de género.
El documento “Violencia en entornos digitales: claves para su abordaje en los medios”, elaborado por UNFPA Argentina, la Defensoría del Público y la Red de Editoras de Género, ofrece algunas recomendaciones para abordar este problema. Una de ellas es la creación del rol de editora de género en los medios de comunicación, o en su defecto, fortalecer y apoyar a quienes ya ocupan este rol, protegiéndolos de posibles violencias.
La presencia de editoras de género en los medios de comunicación es crucial para garantizar una perspectiva equitativa y evitar enfoques discriminatorios en la cobertura mediática. Además, es fundamental impulsar capacitaciones en género, diversidad y derechos humanos en los medios de comunicación para promover la visibilidad y participación de mujeres y personas LGBTIQ+ en los medios y evitar la reproducción de violencias.
Como lo expresó el eslogan de la campaña #BodyRight de UNFPA, lo que sucede en el ámbito virtual tiene un impacto real en la vida de las personas. Es necesario unir nuestras voces en favor de la igualdad de género y los derechos humanos en el ciberespacio para construir sociedades más justas, igualitarias y libres de violencia.
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