Tercerización de la ayuda social: la participación de las iglesias evangélicas en la política gubernamental
En el inicio de su mandato, Sandra Pettovello optó por abordar uno de los principales reclamos sociales: la legitimidad de los movimientos piqueteros para interrumpir la paz ciudadana con protestas, muchos de ellos vinculados a organizaciones políticas de izquierda o a influyentes diócesis católicas. En un movimiento audaz, Pettovello anunció la suspensión de todos los planes sociales para aquellos que bloquearan calles o rutas nacionales, y se comprometió a no negociar con los líderes de estos movimientos, rompiendo así con la política previa encabezada por la ex ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
Siguiendo el consejo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien enfatizó la necesidad de no gobernar desde el miedo, el gobierno de Javier Milei adoptó una postura firme frente a los movimientos sociales, contrastando con la actitud anterior que mostraba temor hacia ellos durante el gobierno de Macri.
En este contexto, analistas políticos señalaron que el gobierno de Milei estaba orientado a proporcionar ayuda directa a los beneficiarios de planes sociales, sin intermediarios políticos o religiosos. Sin embargo, esta postura enfrentó resistencia por parte de diversos sectores sociales y religiosos.
Antes de su importante encuentro en el Vaticano con el Papa Francisco, el presidente Milei y su equipo reafirmaron su postura frente a los dirigentes de movimientos sociales, endureciendo su posición ante reclamos por escasez alimentaria y desigualdad social. La confrontación directa con los líderes de la UTEP, entre otros, marcó un punto de inflexión en la política de asistencia social del gobierno.
A pesar de estos desafíos, las organizaciones sociales continuaron fortaleciendo sus lazos con oficinas gubernamentales y religiosas, evidenciando una red de ayuda social que atrae la atención del Papa Francisco. La presencia de figuras religiosas en la representación argentina en el Vaticano y el encuentro previsto entre Milei y el Papa subrayan la importancia de esta dimensión en la política nacional.
La firma de un acuerdo entre la ministra Pettovello y líderes evangélicos para la distribución de alimentos revela una estrategia de ayuda directa, aunque con la inevitable influencia religiosa en la distribución de recursos. Este enfoque, que podría recordar al modelo brasileño liderado por Bolsonaro, evidencia una convergencia entre intereses políticos y religiosos en la agenda gubernamental.
Aunque la ayuda alimentaria a través de organizaciones religiosas puede interpretarse como un acercamiento estratégico a sectores conservadores, también refleja una relación electoral previa entre el gobierno de Milei y las iglesias evangélicas, cuyos miembros desempeñan roles prominentes en la política nacional.
En resumen, la política de asistencia social en la era Milei desafía las estructuras tradicionales al optar por una ayuda directa y alinearse con sectores religiosos, planteando interrogantes sobre el papel del Estado laico en la distribución de recursos y la influencia de los grupos religiosos en la política nacional.
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