Desplome en la inversión privada: recesión implantada
En medio de una recesión consolidada, se evidencia un marcado declive en los niveles de inversión privada. La ausencia casi total de obras públicas ha contribuido a que la inversión cerrara el primer bimestre con una abrupta caída del 13,3% en comparación con el mismo período del año 2023.
Esta tendencia se atribuye principalmente a la retracción en los sectores de construcción y equipos durables, mientras que la adquisición de maquinaria importada ha experimentado una leve recuperación gracias a una mayor estabilidad en el tipo de cambio.
A pesar de este panorama sombrío, los indicadores del inicio del 2024 muestran una ligera mejoría con respecto al cierre del año pasado, durante el cual se produjo la transición de gobierno y una devaluación significativa.
El más reciente informe de Inversión Bruta Interna Mensual, elaborado por la consultora Orlando J. Ferreres (IBIM-OJF), revela que la inversión para febrero se situó en 5.587 millones de dólares, lo que representa una contracción interanual del 12,2%, aunque exhibe un incremento desestacionalizado del 1,1% respecto a enero.
El estudio señala que la inversión en maquinaria y equipo registró una disminución del 4,7% para el segundo mes del año, acumulando así una baja del 8,2% en los dos primeros meses. Mientras tanto, los equipos importados muestran un nuevo avance, mientras que los de origen nacional cayeron un 15,5%.
En el ámbito de la construcción, se registró una contracción anual del 17,7% en febrero, continuando con la tendencia a la baja que ha caracterizado al sector en los últimos meses, acumulando una caída del 17,3% en el primer bimestre.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reportó una disminución del 21,7% en la actividad de la construcción en enero en comparación con el mismo período del año anterior. Esta serie, ajustada estacionalmente, mostró una variación del 10,2% respecto al mes anterior.
En un contexto de retracción, la producción industrial también ha experimentado una caída del 5,6% durante el primer bimestre en comparación con el año anterior, ubicándose un 15% por debajo del último pico registrado en mayo de 2022, según el relevamiento mensual realizado por la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (Fiel).
A pesar de estas cifras desalentadoras, desde la consultora Ferreres no anticipan una pronta reversión de la situación actual. Sin embargo, destacan algunos factores alentadores, como la posible reducción de la tasa de interés y una mayor estabilidad económica que podrían impulsar los niveles de inversión a través de un acceso ampliado al crédito.
El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) también ha reflejado una disminución del 4,3% en enero de 2024 en comparación con el mismo mes del año anterior. Esta cifra marca el tercer mes consecutivo de resultados negativos, después de las caídas registradas en noviembre (-0,9%) y diciembre (-4,5%).
En este contexto, solo cinco sectores de actividad han experimentado incrementos en enero, entre ellos agricultura, ganadería, caza y silvicultura, así como la explotación de minas y canteras. Sin embargo, la mayoría de los sectores, incluyendo la construcción, la pesca y la intermediación financiera, han registrado descensos significativos, contribuyendo así a la contracción general de la actividad económica.
