Marcha y contramarcha: jubilaciones en cuotas y promesas postergadas

El anuncio reciente del gobierno sobre un incremento extraordinario del 12,5% junto con un aumento del 13,24% para compensar la inflación de febrero en las jubilaciones de abril, se ha visto empañado por una nueva medida. A tan solo 48 horas de la publicación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) informó ayer que los pagos se realizarán de forma desdoblada, en cuotas.

Esta decisión no solo retrasará el pago del aumento prometido, sino que también afectará el bono mensual de 70 mil pesos destinado a los jubilados con el haber mínimo. Con este cambio, los jubilados de ingresos más bajos solo recibirán 171.283,31 pesos en la fecha originalmente prevista para abril. El bono y los adicionales serán pagados en una fecha posterior, aún no determinada.

El gobierno había presentado inicialmente estos dos incrementos como una solución alternativa para evitar compensaciones por los meses de alta inflación en diciembre y enero, causados por diversos factores, incluyendo la devaluación y la desregulación de precios. Sin embargo, la acumulación de inflación en esos meses resultó en una significativa pérdida del poder adquisitivo de las jubilaciones.

La respuesta del gobierno, que prometió un ajuste mensual por inflación a partir de abril, resultó insuficiente frente al daño causado por la inflación acumulada en los dos primeros meses del año. Además, la implementación de estas medidas ha sido confusa, con anuncios de pagos adicionales que luego se postergan sin una fecha definitiva.

La nueva modalidad de pagos, decidida por DNU y que entraría en vigencia en junio, ha generado preocupación y confusión entre los beneficiarios. Además, se produce en un contexto de despidos indiscriminados en la Anses y otras oficinas estatales, lo que ha aumentado la incertidumbre entre los jubilados.

En pocas palabras, la falta de claridad en las políticas gubernamentales y la improvisación en su implementación están generando un impacto negativo en los jubilados, quienes se ven afectados por decisiones que comprometen su bienestar económico sin una planificación adecuada.