Productos en góndolas que vencen por la disminución de ventas
En la actualidad, el panorama económico refleja un preocupante fenómeno: la pérdida del poder adquisitivo está dejando su marca en el consumo masivo. Esta realidad se manifiesta no solo en la contención de los aumentos de precios, sino también en la rápida rotación de la mercadería en las góndolas.
Es evidente que la relación entre mayoristas y comercios minoristas se está viendo tensionada por este proceso, mientras los consumidores buscan alternativas más cercanas para realizar compras más frecuentes pero de menor volumen, todo en aras de cuidar sus bolsillos.
Recientemente, una reunión entre el secretario de Comercio, Pablo Lavigne, el subsecretario de Defensa del Consumidor y Lealtad Comercial, Fernando Blanco Muiño, y el vicepresidente de la Confederación General Almacenera Nacional, Fernando Savore, evidenció la preocupación por esta dinámica. Se señaló una tendencia a la baja de precios en marzo, pero también se alertó sobre la falta de información respecto a los productos cercanos a su fecha de vencimiento al momento de la venta.
El fenómeno se extiende también al ámbito de los mayoristas, quienes, ante un excedente de mercadería acopiada por la incertidumbre económica, se ven ahora forzados a ofrecer promociones y descuentos para incentivar la rotación de productos. Esto ha llevado a un incremento en la competencia entre proveedores y a una búsqueda de mayor visibilidad y transparencia en la información sobre fechas de caducidad por parte de los comercios minoristas.
En paralelo, el cambio en las preferencias de los consumidores se refleja en una disminución en las ventas de productos no esenciales, como bebidas alcohólicas y gaseosas, en favor de productos de primera necesidad. Esta tendencia se traduce en una contracción del consumo masivo, tanto en supermercados como en autoservicios independientes, con una migración hacia los comercios de proximidad.
Para hacer frente a esta situación, el Gobierno ha optado por medidas que faciliten la importación de productos básicos, con la esperanza de ampliar la oferta y moderar los precios en el mercado interno. Sin embargo, persisten preocupaciones sobre la sostenibilidad de esta estrategia a largo plazo y su impacto en la economía local.
En este contexto, las empresas enfrentan el desafío de ajustar sus estrategias de precios y promociones para adaptarse a un mercado en constante cambio, mientras el Gobierno busca mantener la estabilidad cambiaria para contener la inflación. Aunque se vislumbra un posible repunte en el segundo semestre, la incertidumbre económica persiste y la clave para una recuperación sostenible radica en la capacidad de compra de los consumidores y en la efectividad de las políticas macroeconómicas.
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