Los padres de Lola Chomnalez comparten sus sentimientos tras la condena a su asesino
Después de años de incertidumbre y dolor, Adriana y Diego, padres de Lola Chomnalez, la adolescente argentina brutalmente asesinada en Uruguay en 2014, finalmente han visto cómo el sistema de justicia condenaba a Leonardo David Sena a 27 años y medio de prisión por el homicidio muy especialmente agravado de su hija.
Desde su hogar en Caballito, los padres de Lola compartieron sus emociones un día después de la sentencia. “Estamos dejando atrás esa carga y ahora se empieza el duelo real, que ya no es sufrir, tratar de aceptar la pérdida. El dolor estará para toda nuestra vida pero sabiendo que hicimos todo, no nos quedamos con ningún lugar sin pedir auxilio”, expresó Adriana.
La detención de Sena en mayo de 2022 fue un punto de inflexión crucial en la búsqueda de justicia para Lola. Natalia Sandberg, encargada del Registro Nacional de Huellas Genéticas de la Dirección Nacional de Policía Científica en Uruguay, desempeñó un papel fundamental al solicitar una nueva pericia genética que condujo a la identificación del culpable.
Diego compartió su satisfacción con la pena impuesta, pero también expresó su deseo de que Sena recibiera un castigo aún más severo. “Yo estoy a favor de la pena de muerte, porque a mi hija se la aplicaron, y estos monstruos tienen derecho a todo”, dijo. Adriana, por su parte, enfatizó en que no perdona al asesino y que espera que la sentencia quede firme para evitar que haya más víctimas.
La causa estuvo estancada durante años, pero gracias al trabajo de los genetistas, finalmente se encontró al homicida. “Natalia está en nuestra mesita de luz, es uno de los seres de luz que está ahí en la mesita”, dijo Adriana.
Si bien la condena trae un sentido de alivio, ambos padres señalaron que la verdadera justicia sería tener a Lola de vuelta. Por desgracia, el brutal crimen dejó un vacío irreparable en sus vidas.
El caso de Lola Chomnalez conmocionó a Argentina y Uruguay. La adolescente desapareció el 28 de diciembre de 2014 en Barra de Valizas, Uruguay, donde pasaba las vacaciones con su madrina y su esposo. Dos días después, su cuerpo fue encontrado sin vida en una zona de médanos. La autopsia reveló que murió por asfixia por sofocación y que había sufrido múltiples cortes en su cuerpo en un intento desesperado por escapar de sus agresores, quienes la golpearon y la ahogaron con arena.
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