Riesgos en WhatsApp: estafas virtuales al acecho
En entornos con grandes concentraciones de personas, ya sea en eventos masivos o lugares turísticos, el riesgo de sufrir robos y arrebatos aumenta considerablemente. Los delincuentes aprovechan el anonimato que ofrece la multitud y la distracción de las víctimas para despojarlas de sus pertenencias de forma discreta, como teléfonos, billeteras y joyas. La gran cantidad de potenciales objetivos entre la multitud facilita aún más la tarea de estos ladrones.
Este fenómeno se replica en el mundo virtual, donde los criminales buscan sacar provecho de la enorme cantidad de usuarios en redes sociales y aplicaciones de mensajería. Utilizando el engaño o promesas falsas, intentan obtener dinero de sus víctimas o incluso suplantar su identidad para cometer estafas en su nombre. La familiaridad con estos entornos digitales puede generar una falsa sensación de seguridad, sumada a la falta de conciencia y educación sobre las amenazas cibernéticas, lo que hace que las personas sean más susceptibles a ser engañadas por los delincuentes.
Criptomonedas
Con más de 3 mil millones de usuarios activos mensuales, WhatsApp se ha consolidado como la aplicación de mensajería más utilizada en todo el mundo, siendo preferida por aproximadamente el 56% de los internautas a nivel global. Esta enorme base de usuarios convierte a WhatsApp en un objetivo atractivo para ciberdelincuentes de diversas partes del mundo, quienes buscan aprovechar su popularidad para perpetrar estafas y fraudes. A continuación, se describen algunas de las estafas más comunes detectadas en WhatsApp recientemente.
Una de las modalidades más recurrentes es la estafa de las criptomonedas. En esta táctica, los usuarios reciben repentinamente un mensaje que aparenta estar dirigido a otro destinatario, donde se les proporcionan credenciales de acceso a una billetera de criptomonedas con un saldo significativo, a menudo en una stablecoin como USDT. El mensaje incluye un enlace a un supuesto exchange, una plataforma para comprar, vender e intercambiar criptomonedas, y solicita al destinatario que no comparta esta información con nadie.
Embaucados por la codicia, caemos en la trampa de seguir el enlace proporcionado y usar las credenciales que nos llegaron en el mensaje. Nos encontramos con una billetera virtual rebosante de criptomonedas, como un regalo caído del cielo. Sin embargo, el dilema surge cuando intentamos acceder al dinero, ya que nos enfrentamos a tres posibilidades, todas ellas desalentadoras:
En primer lugar, el exchange nos exige abonar una supuesta “comisión” o “honorarios” antes de permitirnos liberar los fondos. Aunque el monto parezca insignificante en comparación con la suma prometida, al realizar el pago descubrimos que las criptomonedas siguen inaccesibles y que el dinero enviado se ha perdido para siempre.
La segunda opción es aún más insidiosa: tras acceder al supuesto exchange, nos insta a cargar un contrato inteligente en nuestra billetera, bajo el pretexto de evitar impuestos. Sin embargo, este contrato está diseñado maliciosamente para vaciar todos nuestros fondos, dejándonos sin saldo alguno.
La seducción de la riqueza fácil nos hace presa fácil para estos ciberdelincuentes, quienes aprovechan nuestra ambición para despojarnos de nuestros activos digitales. Una vez más, la necesidad de ejercer cautela y verificar la autenticidad de las transacciones en línea se vuelve crucial para evitar caer en estas trampas financieras.
La tercera posibilidad es que el falso exchange solicite las credenciales de acceso a nuestra billetera para poder transferir el dinero. Al igual que en el caso anterior, no solo no obtendremos la fortuna esperada, sino que seremos despojados de todas nuestras criptomonedas.
Esta estafa, una de las más recientes que circulan por WhatsApp, atrapa a muchos incautos dominados por el deseo de riqueza. Para evitar caer en estas trampas tendidas por los cibercriminales, es crucial mantener una actitud crítica y desconfiada ante cualquier situación que parezca demasiado buena para ser verdad, especialmente si promete riquezas rápidas.
La estafa de Netflix para jubilados es otro ejemplo de la creatividad despiadada de los estafadores. Aprovechando el aumento de precios en los servicios de streaming y la incertidumbre económica, estos delincuentes envían mensajes de WhatsApp que simulan una oferta exclusiva para jubilados, con descuentos de hasta el 50% en la suscripción a Netflix.
Al responder al mensaje y seguir el enlace proporcionado, los usuarios son dirigidos a la descarga de una aplicación de acceso remoto. Una vez instalada en el dispositivo de la víctima, esta aplicación otorga a los ciberdelincuentes control total sobre el sistema. Además de vaciar cuentas bancarias y billeteras virtuales, los estafadores pueden acceder a información personal y contraseñas almacenadas, aumentando así el riesgo de robo de identidad.
Además, al tener acceso ilimitado al dispositivo, los ciberdelincuentes pueden recopilar una amplia gama de datos sensibles, como números de tarjetas de crédito, agenda de contactos, correos electrónicos y más. Esta información puede ser aprovechada para llevar a cabo estafas adicionales, como solicitar préstamos fraudulentos o abrir nuevas cuentas a nombre de la víctima. El impacto de este tipo de ataques puede ser devastador, dejando a las personas vulnerables expuestas a graves consecuencias financieras y personales.
En cuanto a la estafa de la tarea, comienza con un mensaje recibido desde un número desconocido, donde se ofrece una supuesta oportunidad de trabajo desde casa. En este mensaje, el remitente se presenta como representante de una agencia de marketing y promete ganancias fáciles completando tareas simples, como ver videos en YouTube, calificar negocios en Google Maps o interactuar con publicaciones en Aliexpress. Una vez que la víctima realiza estas tareas y envía capturas de pantalla para verificar su completitud, comienza a recibir pagos iniciales.
Sin embargo, el verdadero engaño se despliega en una segunda etapa, donde los estafadores invitan a las víctimas a unirse a un canal de Telegram. A través de este canal, se les promete acceder a nuevas tareas y aumentar sus ganancias, pero para hacerlo, se les exige “ascender de nivel” mediante un pago que supuestamente habilitará el acceso a trabajos mejor remunerados. A medida que se completan más tareas, se acumulan pagos parciales, pero solo se pueden retirar si se desembolsa dinero adicional. Esta estratagema construye una falsa relación de confianza con las víctimas, quienes creen estar participando en un negocio legítimo, solo para descubrir más tarde que han sido engañadas y han perdido dinero en el proceso.
Posteriormente, la dinámica del trabajo da un giro inesperado. Los organizadores comienzan a ofrecer lo que denominan “tareas prepagas” o persuaden a las víctimas para que inviertan en un “sistema de trading automatizado” u otra propuesta similar. En este esquema, se les pide a las personas transferir una cantidad de dinero a una cuenta bancaria, por ejemplo, 100.000 pesos, con la promesa de recibir un retorno mayor, como 130.000 pesos.
Inicialmente, estas operaciones tienen éxito unas cuantas veces, lo que lleva a las víctimas a creer que están involucradas en un negocio lucrativo. Sin embargo, una vez que las víctimas están completamente convencidas del supuesto éxito de la operación y transfieren sumas más sustanciales, como superiores a los 500.000 pesos, los estafadores desaparecen sin dejar rastro, llevándose consigo el dinero.
Recientemente, esta estafa ha evolucionado y se ha modernizado en su táctica. Ahora, se incluye un llamado telefónico automatizado con una grabación que se presenta en nombre de TikTok, invitando a las personas a trabajar para la plataforma. A pesar de esta actualización, el modus operandi sigue siendo el mismo: un contacto inicial a través de WhatsApp seguido de una invitación a unirse a un grupo de Telegram para obtener más detalles. Además, una variante de esta estafa promete pagar hasta 30.000 pesos por día por simplemente ver unos pocos minutos de series y películas en Netflix.
Estas nuevas modalidades de fraude se suman a una lista ya extensa de estrategias delictivas conocidas que lamentablemente siguen siendo igual de peligrosas en la actualidad. Entre estas se encuentran los falsos sorteos, el phishing a través de mensajes que pretenden provenir de bancos o entidades financieras, y los intentos de estafas en los que los estafadores se hacen pasar por familiares o amigos cuyas cuentas han sido supuestamente hackeadas.
Para evitar caer en las redes de estos engaños, es crucial mantener una actitud escéptica frente a cualquier oferta que parezca demasiado buena para ser verdad, ya sea recibida en WhatsApp u otras plataformas sociales. Es altamente improbable, por no decir imposible, que individuos desconocidos ofrezcan oportunidades laborales excepcionalmente lucrativas a números de teléfono seleccionados al azar, o que prometan ganancias rápidas y sin esfuerzo.
Además, es fundamental abstenerse de instalar aplicaciones o hacer clic en enlaces proporcionados por remitentes desconocidos. Estar siempre alerta ante posibles señales de advertencia y buscar la opinión de personas de confianza son pasos esenciales para protegerse de estos estafadores. Solo adoptando estas medidas podremos disminuir las posibilidades de éxito de estos delincuentes, quienes buscan aprovecharse de la credulidad y la confianza de las personas.
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