Confirman altos niveles de contaminación en San Nicolás tras la explosión en ATANOR
Este jueves, la organización ambientalista Greenpeace dio a conocer los resultados de las muestras tomadas en San Nicolás, cerca de la planta de Atanor, luego de la explosión de un reactor ocurrida el 20 de marzo pasado. Mediante hisopados, la organización detectó altas concentraciones de atrazina, un compuesto tóxico prohibido por la Unión Europea desde 2004 y restringido en Estados Unidos.
El análisis de las muestras, realizado el 22 de marzo, 48 horas después de la explosión, reveló la presencia de atrazina en todos los puntos muestreados, en un radio que abarcaba desde los 150 hasta los 350 metros de la planta.
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La atrazina es un herbicida ampliamente utilizado en Argentina, a pesar de estar prohibido en 37 países, incluyendo la Unión Europea. Se estima que esta sustancia puede persistir en el ambiente hasta cien días, lo que representa un riesgo significativo para la salud y el ecosistema.
Las muestras fueron recolectadas de las paredes de las viviendas y de las veredas, así como también se realizó un muestreo del suelo frente a la fábrica. Los resultados muestran una alta concentración de atrazina, confirmando los impactos negativos de la actividad de Atanor en la comunidad.
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Leonel Mingo, coordinador de la campaña de tóxicos de Greenpeace, subrayó la persistencia de los problemas de contaminación asociados a Atanor, denunciados por los vecinos desde hace años y respaldados por sentencias judiciales. “Estas nuevas muestras proporcionan datos concretos sobre la contaminación por atrazina en San Nicolás. Continuaremos exponiendo estos problemas y exigiendo una investigación urgente sobre las causas y el impacto de la explosión”, declaró Mingo.
Los resultados del análisis de las muestras indican una alta concentración de atrazina, especialmente en las muestras tomadas en las inmediaciones de la planta, reforzando la preocupación sobre la dispersión del compuesto hacia la comunidad.
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La atrazina es un herbicida de uso extendido desde la década de 1960, pero sus efectos nocivos han llevado a su prohibición en numerosos países. Aunque en Argentina sigue siendo uno de los plaguicidas más utilizados, estudios del Ministerio de Ambiente nacional han confirmado los riesgos ambientales y para la salud asociados a su uso.
Esta no es la primera vez que Atanor enfrenta acusaciones por contaminación. En 1998, Greenpeace presentó una denuncia penal contra la empresa por contaminación del agua en Llavallol, donde se encontraba una de sus plantas. Los resultados de aquel análisis evidenciaron la presencia de elementos tóxicos en el Arroyo Rey, parte de la cuenca Matanza-Riachuelo.
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La revelación de los altos niveles de contaminación en San Nicolás tras la explosión en Atanor refuerza la urgencia de medidas para proteger la salud pública y el medio ambiente en la zona.
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