China alcanza un hito histórico en la exploración lunar con la misión Chang’e 6
El domingo 2 de junio marcó un momento histórico en la exploración espacial cuando la Agencia Espacial China logró aterrizar con éxito su misión Chang’e 6 en la cuenca Aitken, un vasto cráter de 2.500 kilómetros de diámetro en el polo sur de la cara oculta de la Luna. Esta hazaña destaca como un logro sin precedentes, ya que China se convierte en el único país en posar suavemente una nave espacial en este lado inexplorado de nuestro satélite natural, una hazaña que ahora ha realizado dos veces, la primera en 2019 con la misión Chang’e 4.
Solo cinco naciones han logrado hasta ahora “aterrizajes suaves” en la Luna, una maniobra que implica que una nave espacial llegue y toque la superficie de manera controlada y sin daños. Este exclusivo club incluye a Estados Unidos, la Unión Soviética, China, India y Japón, este último unirse en enero de este año. La realización de un alunizaje en la cara oculta de la Luna es particularmente desafiante debido a la pérdida de comunicación con la Tierra una vez que la nave entra en esa zona. Sin embargo, China ha demostrado su destreza tecnológica al lograr este hito.
La misión Chang’e 6, una ambiciosa empresa robótica no tripulada, tiene como objetivo recolectar muestras de polvo y roca de la cara oculta de la Luna y traerlas de regreso a la Tierra. Después del aterrizaje suave, el módulo de aterrizaje ha recogido aproximadamente 2 kg de material, incluidas muestras de la superficie y de hasta 2 metros de profundidad.
Recientemente, la misión alcanzó otro hito al completar con éxito una maniobra de acoplamiento en la órbita lunar. Esta maniobra involucró la transferencia de las preciadas muestras desde el módulo de aterrizaje al módulo orbital, un logro tecnológico excepcional que allana el camino para el regreso seguro de las muestras a la Tierra. Una vez que el módulo orbital complete su órbita alrededor de la Luna, iniciará su trayectoria de regreso, con la fecha prevista de llegada de las muestras a la Tierra programada para el 25 de junio.
Este hito no solo representa un avance en la exploración lunar, sino que también promete revelar nuevos conocimientos sobre la geología y la historia de nuestro satélite natural. Las muestras recopiladas en la cuenca Aitken ofrecen la oportunidad de estudiar un área única y primitiva de la Luna, con el potencial de arrojar luz sobre los misterios de su formación y evolución.
A medida que continuamos explorando y desentrañando los secretos de la Luna, nos acercamos no solo a comprender su pasado y presente, sino también a vislumbrar el papel fundamental que desempeña en nuestra comprensión del sistema solar y del universo en su conjunto. Con cada misión espacial, damos un paso más hacia la comprensión de nuestro lugar en el cosmos y hacia un futuro de descubrimientos aún más asombrosos.
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