Crisis en la Industria Siderúrgica: “Lo peor está por venir”
El ministro de Economía, Luis Caputo, parece haber ignorado la grave crisis que atraviesa la industria cuando afirmó que “lo peor ya pasó, estamos en franca recuperación”. La realidad en el sector fabril dista mucho de esta declaración optimista. Un claro ejemplo es Acindar, una de las principales siderúrgicas del país, que enfrenta una preocupante disminución en su producción. Con una capacidad de procesamiento de 900 mil toneladas de mineral de hierro al año, la empresa proyecta una producción de solo 390 mil toneladas para 2024, menos de la mitad de su capacidad en su planta de Villa Constitución, Santa Fe.
Esta caída en la producción ha llevado a la suspensión de miles de operarios, la apertura de retiros voluntarios y una creciente incertidumbre laboral. La empresa ha comunicado a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) que la fábrica operará solo dos meses en los próximos seis, con el resto del tiempo paralizada debido a la drástica caída de la demanda. Esta situación se debe principalmente a la suspensión de la obra pública y la disminución de la inversión privada.
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Pablo “Piparra” González, secretario general de la UOM en Villa Constitución, advierte sobre el severo impacto de esta crisis, comparándola con el conflicto de 1991 que resultó en el despido de tres mil obreros y la implementación de esquemas de tercerización. La preocupación en la comunidad es palpable, especialmente dado que Acindar emplea a 3200 personas de manera directa e indirecta en una ciudad de 50 mil habitantes.
La paralización de Acindar afecta duramente la economía local. Con 1200 operarios registrados, alrededor de 1000 contratistas y otros 1000 empleos indirectos, la inactividad de la fábrica golpea todos los sectores. El comercio local sufre debido a la falta de producción y consecuentemente, de ventas.
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La situación es igualmente preocupante en Tenaris Siat, otra empresa de la región que ha detenido su producción, afectando a 150 trabajadores. En ambas compañías, los retiros voluntarios se están utilizando como estrategia para reducir la plantilla antes de la posible aprobación de la Ley Bases, que abarataría los costos de despido.
Acindar, propiedad de la multinacional india ArcelorMittal, representa solo el 1% de la capacidad mundial de producción de acero de la compañía. La empresa está enfocando sus inversiones en Brasil, donde planea invertir 25 mil millones de reales hasta 2026, evidenciando una preferencia regional que deja a Argentina en desventaja.
Desde el sindicato, Abel Furlán, secretario general de la UOM a nivel nacional, critica duramente al Gobierno por su manejo de la crisis industrial. Furlán señala que las empresas en Argentina mantienen precios de materias primas significativamente más altos que en otros mercados, lo que agrava la competencia con productos chinos.
La afirmación del ministro Caputo sobre una supuesta recuperación no podría estar más lejos de la realidad, según Furlán. “La recesión sigue golpeando fuertemente nuestro entramado productivo”, declara. Actualmente, el gremio cuenta con 15 mil trabajadores suspendidos y ha perdido 12 mil puestos de trabajo desde el inicio de la actual administración, con la amenaza de perder muchos más.
En conclusión, la industria siderúrgica argentina enfrenta una crisis profunda con perspectivas de conflicto social y una destrucción del aparato productivo. La falta de protección del mercado interno y la ausencia de políticas de apoyo gubernamental agravan una situación que ya es insostenible para miles de trabajadores y sus familias.