Incremento del 30% en los casos de sífilis entre 2020 y 2022
A menudo considerada una enfermedad del pasado, la sífilis ha vuelto a ser una preocupación contemporánea. Un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que, entre 2020 y 2022, los nuevos casos de sífilis entre adultos de 15 a 49 años aumentaron un 30% en el continente americano.
“La tendencia al alza en las tasas de sífilis se observa desde aproximadamente 2010”, explica Viviana Leiro, jefa de Enfermedades de Transmisión Sexual del Hospital Muñiz. Aunque la pandemia redujo temporalmente los casos notificados, la enfermedad ha resurgido globalmente, afectando notablemente a mujeres jóvenes. Según el Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, la prevalencia en mujeres de 15 a 19 años triplica el promedio, y en las de 20 a 24 años lo cuadruplica.
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A pesar de ser prevenible y curable, en 2022 se registraron más de un millón de nuevos casos globales, elevando el total a ocho millones. En mujeres embarazadas, los casos aumentaron un 28% en los últimos dos años, resultando en 4,98 casos de la enfermedad congénita por cada 1000 nacidos vivos, muy por encima del objetivo de la OMS de 0,5 por 1000.
José Barletta, infectólogo del Hospital Fernández, señala que es ahora una constante en las consultas médicas. “En Argentina, la mayoría de los diagnósticos se hacen en embarazadas, probablemente por la frecuencia de sus pruebas. Sin embargo, hombres que tienen sexo con hombres y mujeres trans son grupos con alta incidencia pero menor notificación y testeo”.
Barletta advierte que los datos de la pandemia deben interpretarse con precaución debido a posibles subregistros. La región de América registra la mayor incidencia mundial de sífilis, con 3,37 millones de casos nuevos (6,5 por cada 1000 personas), representando el 42% del total global.
Históricamente, la sífilis ha acompañado a la humanidad desde tiempos prehistóricos y fue extendida a América por los conquistadores. La enfermedad, causada por la bacteria Treponema pallidum, se transmite principalmente a través de relaciones sexuales, aunque también puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo o el parto.
La sífilis progresa en etapas: temprana (primer año), tardía (más de un año), y neurosífilis (afectación del sistema nervioso). Sin tratamiento, puede causar graves problemas de salud, incluyendo enfermedades neurológicas y cardiovasculares, y complicaciones severas durante el embarazo.
La prevención de la sífilis incluye el uso de preservativos, aunque su uso ha disminuido. “La doxiciclina está siendo estudiada como prevención post-exposición, pero el preservativo sigue siendo crucial para prevenir enfermedades de transmisión sexual”, enfatiza Leiro. La percepción de que la sífilis es curable puede disminuir el uso de preservativos, y la estigmatización de las infecciones de transmisión sexual complica la detección y tratamiento.
El tratamiento temprano es simple: una dosis de penicilina, gratuita y proporcionada por el estado. Sin embargo, la neurosífilis requiere hospitalización y tratamiento intensivo. Barletta destaca la necesidad de facilitar el acceso al tratamiento y superar el miedo a las reacciones adversas.
La sífilis puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, sexo o nivel socioeconómico. Es crucial aprovechar las oportunidades de detección de infecciones de transmisión sexual para mejorar la salud general y prevenir complicaciones graves.
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