Irene Bernasconi: una pionera en las profundidades antárticas
Nacida en La Plata en 1897, Irene Bernasconi encontró su vocación en los misterios del mar desde temprana edad. Su incansable curiosidad la llevó a convertirse en una figura central de la biología marina, particularmente fascinada por los equinodermos como las estrellas de mar y los erizos de mar.
Aunque comenzó su carrera como profesora de Ciencias Naturales en 1918, su pasión por la investigación la llevó al Museo Argentino de Ciencias Naturales, donde se sumergió en el estudio de los invertebrados marinos. Fue en 1925 cuando publicó su primer trabajo científico, basado en expediciones a Tierra del Fuego, marcando el inicio de una carrera llena de descubrimientos y reconocimientos internacionales.
Sin embargo, fue en 1968 cuando Irene alcanzó la cumbre de su carrera al liderar la primera expedición femenina a la Antártida, junto a otras tres científicas destacadas. Conocidas como “Las cuatro de Melchior”, estas mujeres desafiaron los límites establecidos, recolectando muestras y descubriendo nuevas especies en condiciones extremas. Su valentía y dedicación allanaron el camino para generaciones futuras de mujeres científicas.
A pesar de su reconocimiento tardío fuera de los círculos científicos, Irene Bernasconi dejó un legado imborrable en la investigación de los equinodermos. Su trabajo sigue siendo fundamental para el estudio de la biodiversidad marina y continúa inspirando a científicos en todo el mundo.
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