La CGT se retira del diálogo con el gobierno y reafirma la protesta para San Cayetano
En una sesión cargada de tensiones, la Confederación General del Trabajo (CGT) ha decidido adoptar una postura más firme frente al gobierno nacional. En una reunión maratoniana de su Consejo Directivo, la central obrera acordó retirarse de la reunión de diálogo social programada para la próxima semana, convocada por el secretario de Trabajo, Julio Cordero. Esta reunión iba a contar con la presencia de los principales empresarios del Grupo de los Seis (G-6). En lugar de ello, la CGT ha optado por mantener su marcha tradicional del 7 de agosto, Día de San Cayetano, junto a diversas organizaciones sociales.
Esta decisión representa un golpe considerable para la facción más conciliadora dentro de la CGT, liderada por Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (estaciones de servicio) y Andrés Rodríguez (UPCN), quienes abogaban por participar en la mesa de negociación. En contraste, la postura más dura, encabezada por Pablo Moyano (Camioneros) y Sergio Palazzo (Bancarios), ha logrado imponer su punto de vista, marcando un claro triunfo para su ala.
Durante una conferencia de prensa posterior, Daer explicó que la decisión de alejarse del diálogo se debe a la falta de respuestas satisfactorias por parte del gobierno a dos demandas cruciales: el aumento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias y la retirada de la apelación ante la Corte Suprema contra la suspensión del capítulo laboral del DNU 70. Estas exigencias habían sido planteadas la semana pasada y se esperaba una respuesta por parte del gobierno.
En el encuentro, los sindicalistas coincidieron en criticar el plan del gobierno de Javier Milei, acusándolo de intentar reconstruir una Argentina alineada con los grandes grupos económicos y de entregar el país a intereses extranjeros. También se manifestaron descontentos con la dirigencia del Partido Justicialista (PJ), acusando a los políticos de abandono y de defender intereses sectoriales en lugar de los de los trabajadores.
Pese a las diferencias internas, Daer subrayó que la unidad de la CGT no está en juego, y Moyano, aunque crítico, expresó su apoyo a la dirección actual de la central. Daer, por su parte, instó a todos los miembros del Consejo Directivo a mantener la cohesión.
Antes de la reunión, Moyano había declarado a Radio 10 su convicción de que la confrontación con el gobierno es inevitable, citando el impacto negativo de las políticas actuales sobre las pymes y el poder adquisitivo de los trabajadores, y advirtiendo que la única opción viable es la confrontación directa.
