Crean mosquitos rojos para combatir el dengue en Mendoza
Para reducir la población del mosquito transmisor del dengue, las autoridades en Mendoza, Argentina, están implementando una técnica conocida como “insecto estéril”. Esta estrategia consiste en la cría y liberación de mosquitos machos que, tras ser esterilizados, no producen descendencia al aparearse con hembras silvestres. Recientemente, se liberaron en un barrio de Guaymallén mosquitos machos con una peculiaridad que llamó la atención de los habitantes: su color rojo.
El método busca interrumpir el ciclo biológico del mosquito Aedes aegypti, conocido por transmitir enfermedades como el dengue, zika y chikungunya. La técnica del insecto estéril se ha probado también en países como Estados Unidos, Brasil y México, aunque no se ha implementado a gran escala en ningún sitio. En Mendoza, el proyecto está siendo llevado adelante por el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria (ISCAMEN), que viene aplicando la misma técnica para el control de otras plagas agrícolas.
La idea detrás de esta estrategia de control biológico es que los mosquitos machos estériles sean reconocibles por su color rojo, producto de un pigmento utilizado para distinguirlos de los ejemplares comunes. La primera liberación de estos insectos tuvo lugar en el barrio de Bermejo, Guaymallén. Fuentes del ISCAMEN indicaron que la iniciativa forma parte de una serie de ensayos, cuyos resultados se presentarán al concluir la fase de pruebas.
La técnica del insecto estéril ya ha sido utilizada por ISCAMEN en el control de la mosca del Mediterráneo, una plaga que amenaza cultivos de frutas y hortalizas. Ahora, los investigadores buscan determinar si puede reducir efectivamente las poblaciones de mosquitos Aedes aegypti. El primer paso del proyecto en Guaymallén incluyó la liberación de 10,000 mosquitos machos estériles, en colaboración con el Ministerio de Salud y otras entidades locales.
El proceso para implementar esta técnica comienza con la separación de los machos y hembras en la etapa de pupa, eliminando a las hembras. Los machos son esterilizados y marcados con pigmentos fluorescentes para diferenciarlos en el área de liberación. A lo largo del proyecto, se liberan repetidamente los machos estériles, mientras se monitorea el área mediante trampas que ayudan a evaluar la efectividad de la técnica. Los expertos afirman que los machos estériles compiten con los machos fértiles por aparearse con las hembras, lo que lleva a que los huevos no sean viables y, por ende, no se desarrollen en larvas. Así, la población de mosquitos disminuye gradualmente.
Los ensayos han demostrado que estos mosquitos machos no representan una amenaza para las personas, ya que no pican, y se asegura que no causan efectos adversos en el ecosistema al no establecerse en el ambiente.
Experiencias similares se han llevado a cabo en otros países. En 2019, Argentina firmó un convenio con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para participar en el desarrollo de esta técnica junto a otros 19 países. Por ejemplo, en Florida, Estados Unidos, la técnica se implementó en la Isla Captiva entre 2020 y 2022. Durante el proyecto, se liberaron hasta 400,000 mosquitos machos estériles por semana, logrando una notable reducción de la población en el primer año y una supresión completa en 2021 y 2022. Sin embargo, el proyecto se detuvo tras el devastador paso del huracán Ian en 2022, que imposibilitó el acceso a las islas.
Esta innovadora técnica sigue en evaluación en Mendoza, y el equipo del ISCAMEN espera que pueda contribuir a la disminución del mosquito Aedes aegypti, reduciendo así el riesgo de transmisión de enfermedades como el dengue en la región.
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