El campo en jaque: tensiones financieras y el fantasma de la sequía

La incertidumbre financiera y los riesgos climáticos se combinan para poner en jaque al sector agropecuario. La reciente falta de liquidez de Surcos y el Grupo Los Grobo, ambas firmas vinculadas al agro, destapó las tensiones de un modelo financiero que parece no estar preparado para el contexto actual.

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Mientras los pagarés bursátiles cobran protagonismo como una herramienta de financiamiento riesgosa, las empresas más pequeñas del rubro agroquímico enfrentan el impacto de malas decisiones de stock y precios internacionales a la baja. India y China dominan el mercado global, dejando a las firmas argentinas en una situación complicada, acumulando productos que hoy no logran vender al costo esperado.

El panorama se complejiza aún más por la falta de lluvias. La Niña reaparece como una amenaza tangible, con pronósticos de sequía para el verano de 2025 que generan preocupación en productores y especialistas. “En este contexto, un revés climático podría ser crítico”, advierte un informe reciente del Ieral, mientras voces del sector coinciden en que la situación no se percibe como una crisis generalizada, al menos por ahora.

La sombra de las retenciones agrava el malestar. Aunque el presidente Javier Milei prometió eliminarlas, el sector agropecuario sigue esperando un alivio que parece postergarse. Las tensiones fiscales y las dificultades financieras empujan a los productores a retener granos, mientras esperan señales claras desde la Casa Rosada.

El campo, motor económico del país, inicia 2025 entre desafíos financieros, climáticos y políticos, con la esperanza de que la lluvia, los precios internacionales y las decisiones de gobierno marquen un cambio positivo.