Cómo detectar si un texto fue generado por inteligencia artificial

El uso de inteligencia artificial para la generación de textos ha crecido notablemente en diversos ámbitos, desde la educación hasta la creación de contenido digital. Aunque estos sistemas han mejorado su capacidad de imitar la escritura humana, existen ciertos indicios que permiten sospechar que un mensaje no proviene de una persona, sino de un modelo automatizado.
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Patrones que pueden delatar un texto generado por IA
Si bien no hay una fórmula infalible para identificar contenido artificial, ciertos rasgos lingüísticos pueden dar pistas sobre su origen. A continuación, se presentan algunas de las señales más comunes que editores, docentes y expertos en lingüística computacional han identificado:
1. Repetición frecuente de palabras o estructuras Uno de los signos más evidentes es la reiteración innecesaria de términos o frases dentro de un mismo texto. Esto ocurre porque los modelos de IA predicen palabras basándose en patrones estadísticos, lo que puede llevar a una sobreutilización de expresiones como “por lo tanto”, “es importante destacar” o “en este sentido”.
Mientras que un escritor humano busca variaciones en su estilo, una IA puede producir estructuras repetitivas sin percatarse de su impacto en la fluidez del texto.
2. Uso excesivo de conectores sin una necesidad real Los textos automatizados suelen incluir transiciones artificiales entre oraciones, incorporando términos como “además”, “sin embargo” o “por otro lado” en casi todos los párrafos, aun cuando no son esenciales.
A diferencia de una persona, que adapta el uso de conectores al ritmo y coherencia del mensaje, los sistemas de IA los insertan de forma mecánica, ya que fueron entrenados con enormes volúmenes de información donde estas palabras aparecen con frecuencia.
3. Ausencia total de errores ortográficos o tipográficos Aunque parezca positivo, un texto que no contiene ni una sola errata puede ser sospechoso. Los errores involuntarios son habituales en la escritura humana, especialmente en versiones preliminares o mensajes informales.
Si un contenido es impecable en términos de gramática y ortografía, podría haber sido generado por IA. No se trata de una certeza, pero sí de un factor a considerar al evaluar su autenticidad.
4. Declaraciones generales sin fuentes concretas Las IA generan respuestas basadas en modelos probabilísticos, no en información actualizada o verificada. Como resultado, pueden producir afirmaciones como “los expertos coinciden en que…” o “estudios demuestran que…” sin citar ninguna fuente específica.
Este rasgo es especialmente problemático en textos con pretensiones periodísticas o académicas, ya que la falta de referencias verificables debilita la credibilidad del contenido.
5. Estilo plano y sin huella personal Los textos generados por inteligencia artificial tienden a ser neutros y homogéneos, sin la riqueza expresiva que caracteriza la escritura humana. Aunque pueden imitar distintos registros, suelen carecer de ironía, matices subjetivos o referencias culturales específicas.
Mientras que un autor humano imprime su personalidad en la redacción, los modelos de IA replican estructuras comunes sin desarrollar un estilo propio ni asumir una postura clara sobre los temas que abordan.
Si bien estas señales no garantizan que un texto haya sido generado por IA, sí permiten sospechar su origen. Ante la creciente presencia de contenido automatizado, cada vez más instituciones y plataformas implementan herramientas para detectarlo, aunque su precisión varía según el caso.
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