Los tres principales enemigos de la memoria y cómo afectan nuestra capacidad de recordar

Según la neuróloga Guadalupe Bruera, tres comportamientos del ser humano del siglo XXI están afectando de manera negativa el circuito que posibilita la memoria. Estos factores impactan tanto en tareas cotidianas como en el almacenamiento de información crucial para nuestras vidas. Sin embargo, no son los únicos. A continuación, se presentan algunos consejos para proteger esta función cognitiva vital.
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Imagina que te encuentras con alguien y, tras un saludo cálido, te das cuenta de que su rostro te resulta familiar, pero no logras recordar quién es. A pesar de tu esfuerzo interno por recuperar esa información, el resultado es una laguna mental. Este tipo de experiencias se deben a cómo funciona nuestra memoria, que no se limita a ser un simple almacén de recuerdos, sino que depende de un circuito dinámico en el cerebro. Según Bruera, los recuerdos viajan a través de un recorrido complejo que puede alterarse por distintos factores.
Uno de los principales bloqueadores de la memoria es el estrés, que interrumpe el flujo de recuerdos al activar respuestas fisiológicas que interfieren con el funcionamiento normal del cerebro. Esto dificulta la memorización y la recuperación de datos. “El estrés es como una niebla que dificulta el paso de la información”, explica Bruera.
Otro factor que perjudica la memoria es la multitarea. En la era moderna, estamos acostumbrados a realizar varias actividades simultáneamente, como revisar redes sociales mientras cocinamos o hablamos. Esta costumbre sobrecarga al cerebro, que no está diseñado para procesar múltiples tareas al mismo tiempo. Enfocarse en una sola actividad a la vez es la recomendación de Bruera para evitar que los recuerdos no se almacenen correctamente.
El sueño insuficiente también es otro enemigo de la memoria. La neuróloga señala que el descanso adecuado es crucial para consolidar lo aprendido. “Sin descanso, el cerebro no tiene la oportunidad de almacenar los recuerdos correctamente”, advierte Bruera. Este fenómeno se nota especialmente entre los estudiantes que no duermen la noche previa a un examen. En lugar de mejorar su rendimiento, la falta de sueño reduce la capacidad de recordar lo estudiado.
La tecnología también juega un papel fundamental en la pérdida de ciertos recuerdos. Hoy en día, no necesitamos recordar los números de teléfono de nuestros amigos y familiares, ya que los dispositivos móviles hacen ese trabajo por nosotros. Bruera explica que delegamos funciones cognitivas, como la memorización de secuencias numéricas o la orientación espacial, lo que afecta nuestra memoria visual. Esto puede ser problemático si perdemos nuestro teléfono o si nos encontramos en un lugar desconocido sin el auxilio del GPS.
Otros factores, como conflictos personales o una mala nutrición, también impactan en la memoria. Es importante identificar estos estresores y manejarlos de manera efectiva para preservar nuestra salud cognitiva.
Consejos para entrenar la memoria
La neuróloga sugiere desconectar de los dispositivos electrónicos durante algunos minutos al día, estar en contacto con la naturaleza y tener vínculos sociales saludables que no generen estrés. Además, recomienda aceptar los momentos en los que no podemos recordar algo, ya que esto ayuda a liberar tensión mental y permite que los recuerdos emerjan cuando nos relajemos. Sin embargo, si los olvidos son muy frecuentes, se aconseja realizar una consulta médica para descartar otros problemas.
A través de estas pequeñas acciones, podemos reducir el estrés, mejorar nuestra memoria y contribuir a nuestro bienestar general.
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