Un jugador argentino de rugby fue suspendido en Italia por regalarle una banana a un compañero
Estamos en los preámbulos del fallo por el caso de Fernando Báez Sosa, quien fue asesinado por una golpiza que le propinaron varios chicos que jugaban al rugby en Zárate. Estos chicos tenían entre 17 y 21 años. Es un hecho. Lo que no quiere decir que haya un patrón que estigmatice a ese deporte.
Hace meses salieron a la luz los posteos xenófobos, misóginos, racistas y clasistas que tres jugadores de Los Pumas habían publicado cuando tenían alrededor de 20 años. Es un hecho. Lo que no quiere decir que haya un patrón que estigmatice a ese deporte.
Hace días, el jugador argentino Iván Nemer, del Benetton Treviso, le regaló una banana a su compañero Cherif Traoré, en el marco de un Papa Noel invisible que había sido sorteado en el plantel para que cada rugbista recibiera un regalo de un compañero.
Taoré abrió el paquete y se encontró con la sorpresa, ante las risas del resto de sus compañeros. “Encontré un plátano dentro de mi regalo. Un plátano podrido, dentro de una bolsa mojada. Además de que considero ofensivo el gesto, lo que más me dolió es ver reír a la mayoría de mis compañeros. Como si todo fuera normal”, dijo Taoré en su Instagram.
El club inició una investigación y se comprobó que el autor del presunto chiste era el argentino Nemer. Se le abrió un sumario y ayer salió la sanción: “La Federación Italiana de Rugby informa que Ivan Nemer, pilar de Benetton Rugby, ha sido descalificado hasta el 30 de junio de 2023″, por lo que no podrá volver a jugar hasta esa fecha y tampoco podrá vestir la camiseta de Italia (se nacionalizó y jugó para ese equipo) en el Torneo Seis Naciones, que se disputa entre el 4 de febrero y el 18 de marzo. Iván Nemer tiene 24 años. Es un hecho. ¿Lo que no quiere decir que haya un patrón que estigmatice a ese deporte?.
Antes quiero decir algo: amo el rugby y me parece uno de los deportes más completos que existe. Dicho esto, también debo sostener que cada día que pasa, los jugadores que practican ese deporte y algunos periodistas que lo cubren, hacen todo lo necesario para que empiece a odiarlo, porque realizan exactamente lo contrario de lo que espero de un deportista. No quiero generalizar… Pero ya hay sobradas muestras de que algo está fallando en el aspecto formativo de los rugbiers. Y lo peor de todo es que la UAR no hace nada al respecto y sólo mira para otro lado cuando hechos de este tipo salen a la luz. Bah… En verdad, no hacer nada es toda una declaración de principios. No hacer nada es avalar.
Nemer aceptó los cargos que se le imputaron y también acató el fallo que indica que deberá ir a cursos llamados Migrants Project, que tratan sobre personas que mueren durante el proceso migratorio hacía otro país. Además, tendrá que hacer un curso de sensibilización “sobre cuestiones de integración”. En la sentencia se aclara que su regreso a las canchas estará supeditado a la “participación y culminación con éxito del proceso de formación y sensibilización”.
Traoré aceptó las disculpas del argentino, pero igual denunció el hecho porque, con razón, sostiene que este tipo de cosas deben salir del ámbito privado para servir de ejemplo para el resto de la sociedad y que no deben ser naturalizadas. El racismo, dice y no hay más que aplaudirlo, es inaceptable.
Nemer publicó un posteo en el trata de defenderse: “El racismo no ha tenido ni tendrá nunca ningún papel en mi vida, como no debería tenerlo en la vida de ninguno de nosotros. Lamento profundamente lo sucedido, por la estupidez de mi gesto, por el disgusto causado a un amigo, por haber causado daño a mi equipo, a mis compañeros, al país que represento y al juego que amo. Vengo de un país multicultural como Argentina, donde las culturas se mezclan desde hace más de un siglo, y siempre he compartido vestuario y cancha con compañeros y amigos de todo el mundo. Lo que pasó no me representa, pero al mismo tiempo debe hacerme y hacernos reflexionar sobre cuánto más queda por hacer para cambiar nuestra cultura, superar los estereotipos más descarados, acercarnos aún más de lo que ya está sucediendo. Acepto la descalificación y el proceso de reincorporación con serenidad, pero sobre todo confío en que en los próximos meses y años podré contribuir con mi testimonio a concientizar a cada vez más jóvenes rugbiers sobre temas que deben ser abordados y entendidos para mejorar no solo nuestro deporte, sino el mundo en el que vivimos”.
Nemer dice: “Lo que pasó no me representa” cuando en realidad debería decir lo que hice. Porque la banana en una caja para un jugador negro no pasó. La puso él. Hay que hacerse cargo, amigo.
Y cierra: “…confío en que en los próximos meses y años podré contribuir con mi testimonio a concientizar a cada vez más jóvenes rugbiers sobre temas que deben ser abordados y entendidos para mejorar no solo nuestro deporte, sino el mundo en el que vivimos.”
Ojalá que así sea. Porque el rugby lo está necesitando. Desesperadamente.
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