INTERÉS GENERAL

Más del 40% de las mujeres embarazadas padece incontinencia urinaria

La pérdida de la capacidad para retener la orina es un síntoma más frecuente de lo que se cree en las mujeres, especialmente durante y después del embarazo. Los músculos del llamado “piso pélvico” suelen sufrir presión por el peso del bebé y pueden debilitarse después del parto, causando dificultades en la vejiga. También los cambios hormonales pueden influir en la incontinencia femenina.

Incontinencia urinaria durante el embarazo: un problema de muchas

Más del 40% de las mujeres embarazadas padece de incontinencia urinaria, según distintos estudios. La mayoría la experimentan como pequeñas pérdidas de orina al toser o estornudar, un problema que les genera incomodidad y vergüenza y se conoce como “incontinencia por estrés”. Otras mujeres sienten repentina urgencia para ir al baño –“incontinencia por urgencia”-, lo que les afecta el sueño y sus actividades cotidianas, incluyendo el salir de sus hogares. Otras sufren incontinencias mixtas, con impulsos constantes de correr al baño y pérdidas de orina diarias.

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Entre los factores que aumentan el riesgo de padecer pérdidas diarias de orina durante el embarazo o inmediatamente después del parto, se destacan:

  • Antecedentes de incontinencia urinaria o enuresis infantil
  • Antecedentes de infecciones urinarias
  • Edad del primer parto
  • Número de partos previos
  • Semana de gestación: la incontinencia es más frecuente en el tercer trimestre y después del parto.

Los ejercicios del Método Kegel

Los especialistas recomiendan realizar ejercicios específicos para fortalecer los músculos que sostienen el útero y la vejiga, a partir de la semana 16 de gestación. Estos ejercicios, conocidos como “método Kegel”, entrenan la apertura y cierre del esfínter urinario. Se recomienda practicar la contracción y relajación de los músculos pélvicos durante 5 a 10 segundos, unas cinco veces por día, durante el embarazo para prevenir que la incontinencia se prolongue en el post-parto.

En general, la incontinencia se revierte entre 3 y 6 meses después del parto vaginal. Si la pérdida de orina continúa, es preciso consultar a un médico para evaluar si existe un prolapso, es decir, si ciertos órganos abdominales han descendido hasta el piso pélvico y requieren una cirugía para volverlos a su lugar.

Tips para reducir la incontinencia

La orina se produce en los riñones y se almacena en la vejiga. La orina se desplaza por un conducto conocido como “uretra”, que está rodeado de músculos que forman un esfínter que se abre y se cierra de acuerdo a ciertas contracciones nerviosas.

Los órganos vesicales, junto con los reproductivos y el intestino, se apoyan sobre los músculos bajos de la pelvis y se entrenan durante la primera infancia. Cuando los músculos del piso pélvico se relajan involuntariamente, se produce incontinencia. Como la uretra es más corta en las mujeres que en los hombres y el peso del embarazo se lleva en el abdomen femenino, la incontinencia suele afectar más a ellas que a ellos.

Aunque se ha asociado al café y también a los edulcorantes con mayor probabilidad de padecer incontinencia urinaria, un reciente estudio desestimó que los endulzantes artificiales o las bebidas “diet” tengan algo que ver con la pérdida de control urinario. En cambio, los especialistas siguen recomendando no ingerir bebidas cafeinadas, especialmente durante la noche.

Evitar el alcohol y las bebidas gasificadas puede ayudar a prevenir la pérdida de orina, señalan los urólogos y obstetras. Los especialistas también aconsejan llevar un “diario” de las pérdidas de orina, para ir aumentando cada vez más el tiempo entre una descarga y otra en forma consciente. Finalmente, recomiendan comer fibras para evitar la constipación, que ejerce presión sobre la vejiga y provoca escapes de orina, además de disminuir siempre el sobrepeso.

Nuevos tratamientos

La vejiga se entrena, aseguran los especialistas. Sin embargo, hay casos en que factores psicológicos u orgánicos requieren una intervención profesional prolongada. Entre los nuevos tratamientos que se han desarrollado para la incontinencia urinaria, figuran:

  • Botox: varias inyecciones de toxina botulínica pueden evitar la hipercontracción de la vejiga y ayudar a que se relaje o contraiga normalmente.
  • Estimulación nerviosa: existen dispositivos semejantes a los marcapasos cardíacos que se colocan debajo de la piel del abdomen y emiten pulsos que estimulan el nervio sacro, que regula la contracción de la vejiga.
  • Catéter urinario: para quienes no evacúan completamente su vejiga, existen catéteres que pueden ser insertados por el propio paciente. El médico enseña a utilizarlos en el hogar.
  • Medicación: hay distintas drogas (mirabregon, alfa-bloqueantes, anticolinérgicos) que pueden ayudar a controlar los esfínteres.
  • Esfínter urinario artificial: se coloca especialmente en hombres que han perdido la próstata, pero también puede usarse en mujeres.

Además de durante el embarazo, la incontinencia urinaria también se presenta durante la menopausia, debido a la falta de estrógenos y la pérdida de fuerza muscular. Algunas atletas, gimnastas y bailarinas también experimentan incontinencia a lo largo de su vida.

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Fuente
Pensar Salud

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