Atención a las enfermedades transmitidas por gatos a humanos
Desde milenios atrás, los gatos y los humanos han compartido casa y juegos. Pero los animales favoritos de los antiguos egipcios, que los adoraban como dioses y enterraban momificados, no son sólo compañeros benéficos. Los gatos también pueden transmitir enfermedades a los humanos, algunas de ellas muy graves.
Gatos en el mundo y parásitos por todas partes
Hay unos 373 millones de gatos en el mundo y alrededor de 90 millones viven como mascotas domésticas. Se estima que más del 30 % de los hogares tiene un gato. Durante la pandemia, se descubrió que los felinos –y también los gatos domésticos- podían infectarse con el virus SARS-CoV 2, pero en general padecían la enfermedad en forma asintomática. Hoy no hay evidencias de que los gatos transmitan COVID-19 a los seres humanos, pero sí a la inversa.
Más allá de la rabia –la enfermedad más temida de las mascotas domésticas, por su letalidad- quizás la amenaza más peligrosa de los gatos viene de la mano de los parásitos que se transmiten con las heces secas y con sus rasguños.
El contacto con heces al cambiar las piedritas sanitarias o al jugar en los areneros es uno de los principales factores que facilitan el contagio de Toxoplasma gondii, un parásito que puede atacar el cerebro y generar cambios en el comportamiento semejantes a la esquizofrenia. Los huevos de este parásito también pueden ingerirse con vegetales mal lavados o tomando agua contaminada. La transmisión más temida, sin embargo, es la de la madre al bebé, que puede ocasionarle distintos problemas congénitos y malformaciones.
La mitad de la población mundial está infectada con este parásito, según cálculos estimativos, pero la proporción en embarazadas podría superar el 60%. Aunque la toxoplasmosis puede no dar síntomas, en personas inmunodeprimidas puede ocasionar trastornos cerebrales y oculares serios.
La toxoplasmosis puede mantenerse dormida durante muchos años y manifestarse en momentos de defensas bajas en los seres humanos. Aunque no tiene cura, los síntomas (fiebre, cansancio, dolores corporales, alteraciones visuales) pueden tratarse con ciertos fármacos.
Si bien muchos animales pueden hospedar a este parásito, desde ratas y pájaros a ovejas y pingüinos, el Toxoplasma sólo se reproduce en gatos, por lo que hay que tener especial cuidado con la manipulación de sus heces y airear los ambientes donde habita la mascota.
Otras zoonosis gatunas
En cuanto a la toxocariasis, también puede transmitirse por las heces de gatos en los areneros. Un niño infectado puede tener fiebre, tos, agrandamiento del hígado, erupción y ganglios linfáticos inflamados por haber tenido contacto con este parásito. El síndrome de Larva Migrans Visceral generado por el Toxocara cati puede también generar complicaciones intestinales, en el hígado, el corazón o los pulmones.
La mordedura o rasguño de gatos puede dejar múltiples bacterias en las heridas, como la Salmonella que causa los brotes alimentarios. Por su parte, la infección por Campylobacter provoca diarrea (a veces, con sangre), dolor abdominal, náuseas, vómitos y fiebre en los seres humanos. Los gatos también pueden transmitir el bacilo Bordetella, que da origen a una infección respiratoria caracterizada por tos, que se manifiesta especialmente en niños y en pacientes con HIV o fibrosis quística.
En el verano, las pulgas y garrapatas de las mascotas pueden transmitir distintas enfermedades, entre las cuales se destacan la peste, la tenia gatuna, la anquilostomiasis y las erlichiosis. En invierno, niños y jóvenes pueden adquirir la “enfermedad por arañazo”, producida por la bacteria Bartonella, que produce inflamación en los ganglios, fiebre, dolor de cabeza y fatiga.
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El contacto directo con gatos callejeros puede transmitir hongos de la piel (por ejemplo, la tiña) a los humanos, por lo que se debe consultar a un dermatólogo si aparecen ronchas, un rash en forma de anillo o uñas quebradizas o muy gruesas.
Otro hongo, que se manifiesta en los gatos con llagas en la cara o bultos, genera en los seres humanos la esporotricosis, que puede tener manifestaciones en la piel o en los pulmones muy graves. La esporotricosis o “enfermedad del jardinero”, causada por la bacteria Sporothrix brasiliensis, es frecuente en gatos de Brasil, Argentina y Paraguay, y requiere un tratamiento farmacológico prolongado cuando se transmite a humanos a través de rasguños, o del contacto con tierra contaminada.
Finalmente, hay muchas personas alérgicas al pelo de los gatos. Pueden producirles desde estornudos e inflamación de los párpados, hasta problemas respiratorios como el asma. Hay razas de gatos que no producen alergias, por lo que se recomiendan para personas sensibles: Oriental de pelo corto; Balinés; Javanés; Cornish rex; Devon rex; Siberiano.
Cómo prevenir las enfermedades transmitidas por gatos a humanos
Aunque hay muchas otras enfermedades transmitidas por las mascotas a humanos, lo mejor es prevenir el contagio de cualquiera mediante las siguientes acciones:
- Llevar periódicamente a las mascotas al veterinario para un control de salud.
- Mantener las vacunas actualizadas, y desparasitarlos.
- No alimentarlos con carne cruda.
- Enseñarles a los niños a no tocarles la boca ni besar a los animales domésticos (en la saliva de los gatos residen muchas bacterias).
- Cambiar a diario las piedritas sanitarias con guantes y máscaras.
- Lavarse las manos después de limpiarlos, alimentarlos o tocarlos.
- No higienizarlos en lavaderos de uso humano. En lo posible, bañarlos en el exterior de la casa o en peluquerías para animales.
- Cubrir los areneros donde juegan niños.
- Lavar bien frutas y verduras.
- Cocinar a fondo la carne.