Dilma Rousseff vuelve a tener peso en las finanzas mundiales y aguardan por ella desde Putin hasta Massa
La destituida presidenta brasileña estaba alejada de la vida pública pero el triunfo de Lula Da Silva le dio una nueva oportunidad para influir en la gobernanza mundial al ser electa al frente del banco de los BRICS.
El ministro de Economía argentino, Sergio Massa, prepara su mejor traje y su mejor sonrisa para dialogar con la economista Dilma Vana Rousseff, de 75 años, que ejerció como la primera mujer presidenta de Brasil desde 2011 hasta que fue destituida en 2016, cuando cayó a un corto ostracismo de la vida pública de la cual fue rescatada recientemente por la administración de “Lula” Da Silva para que dirija el acaudalado, Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) que responde a los BRICS, y del cual el gobierno argentino necesita que sea garante financiero de la importaciones de Brasil.
Desde Luego que las necesidades urgentes del ministro de Economía argentino para conseguir ese acuerdo, que sólo puede lograrse si se modifica uno de los artículos de la entidad financiera que permitirá que se cumpla con el compromiso asumido por “Lula” Da SIlva con Alberto Fernández de financiar las ventas de bienes y servicios brasileños a su socio del Mercosur. Todo esto, sin utilizar las reservas del Banco Central de la Argentina para pagarlas, es tan sólo uno de los difíciles expedientes que deberá atender la economista del Partido de los Trabajadores (PT) al frente del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD).
Porque su elección para dirigir el banco de los BRICS, acrónimo utilizado para nombrar a economías emergentes con grandes dimensiones geográficas y demográficas y que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, deberá resolver el futuro crediticio de uno de sus socios principales: la Federación de Rusia que conduce Vladimir Putin.
La invasión a Ucrania decidida por el Kremlin conllevó a la suspensión de préstamos y financiación a Rusia de parte del NBD debido a un escenario de “incertidumbres y restricciones”, según un reporte de prensa de marzo de 2020 que evitó hablar de la agresión del Kremlin a Ucrania.
La violación de las fronteras de un país soberano retrotrajo las relaciones y el derecho internacional hasta los comienzos de los juicios de Nuremberg. A pesar de no haber condenado de manera explícita la decisión de Moscú, el directorio del NBD se sumó a las sanciones financieras occidentales, en un momento en el que el directorio del banco contaba con un representante del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, el banquero Marcos Troyjo.
Troyjo había sido designado para el cargo por el gobierno conservador de Bolsonaro para el período 2021-25, en el que la presidencia rotatoria del NBD recae en Brasil, pero la administración de “Lula” Da Silva necesitaba otro perfil en ese puesto.
Principalmente una persona de confianza para una posición estratégica en materia de política exterior brasileña.
Por ello, Dilma Rousseff asumirá el cargo el lunes 29 de mayo, por el cual fue electa por unanimidad el 24 de marzo pasado, y, entre sus primeras medidas, deberá tomar una decisión con respecto a la situación rusa que busca levantar las duras sanciones financieras interpuestas por sus socios.
Con sede en Shanghái, el NBD fue creado en 2014 por los países BRICS y tiene como misión financiar proyectos de infraestructuras y desarrollo sostenible en los países fundadores, economías emergentes y en desarrollo.
Desde entonces, ha aprobado una financiación de 32.800 millones de dólares para 96 proyectos. En la actualidad cuenta con nueve miembros, además de los cinco países fundadores, se sumaron Bangladesh, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Uruguay.
Sergio Massa estará presente en la capital económica de China el 30 y 31 de mayo invitado a la cumbre del directorio del banco por el embajador de China Zou Xiaoli
Se trata de la octava reunión anual del NBD que reunirá a los ministros de finanzas de los países miembros, representantes de gobiernos nacionales y organismos internacionales, banqueros, líderes empresariales y representantes de organizaciones de la sociedad civil.
En la invitación formal que recibió el equipo de Sergio Massa se lee un párrafo suscripto por Dilma Rousseff que señala, “… el desarrollo mundial se enfrenta a retos cada vez mayores como el debilitamiento del crecimiento económico, el aumento de la volatilidad de los mercados financieros, el recrudecimiento de las tensiones geopolíticas, la fragmentación de las redes comerciales y el deterioro de las perspectivas climáticas. El mundo está experimentando grandes cambios que no se veían desde hace un siglo”.
En ese contexto y desde un cargo ejecutivo de relevancia en las finanzas del mundo, la exmandataria brasileña buscará una segunda oportunidad ante sus connacionales quienes suelen asociarla a la crisis económica, la corrupción, el impeachment y destitución del poder ocurridos durante su gobierno de izquierda y lo hará de la mano de quien siempre fue su padrino político: Luis Inácio “Lula” Da Silva.
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