De desafiar estereotipos a conquistar el cosmos: Nia Robles del Pino y su travesía desde Buenos Aires hasta Oxford

En un trayecto que desafía prejuicios y rompe barreras, Nia Robles del Pino, una joven de 23 años, ha logrado pasar de ser subestimada con el cliché de “la ciencia no es para personas como vos” a convertirse en la primera argentina en obtener la prestigiosa Beca Global Rhodes, asegurando así su lugar en la Universidad de Oxford, cuna de sabiduría y conocimiento.

Nacida en el seno de una familia de migrantes peruanos en Argentina, Nia egresó del Colegio Nacional de Buenos Aires de la UBA y continuó su formación en la Universidad de Northwestern, Estados Unidos. Actualmente, cursa Física y Matemáticas en la Weinberg College of Arts and Sciences, donde, además, ha sido seleccionada para participar en el programa de posgrado en Oxford.

La Beca Global Rhodes, otorgada a solo dos estudiantes destacados anualmente, se convierte así en un hito para Nia, quien ahora tiene la oportunidad de sumergirse en la Teoría de las cuerdas y el Twistor theory en la Universidad de Oxford. Su objetivo es contribuir a la comprensión del universo desde una perspectiva que va más allá de la ciencia aplicada, abrazando el amor por el conocimiento por sí mismo.

Lejos de conformarse con la excelencia académica, Nia también se erige como defensora de la igualdad de oportunidades en la educación pública y denuncia las barreras que enfrentan las mujeres, personas no binarias, racializadas y migrantes en el ámbito científico. Su travesía ha estado marcada por frases despectivas y prejuicios, como “No parecés científica”, pero ha perseverado para desafiar estereotipos y alcanzar sus metas.

En un mundo científico donde persisten desafíos relacionados con el sexismo, el racismo y la xenofobia, Nia destaca la importancia de superar las desigualdades de género y étnicas. A través de su participación en organizaciones estudiantiles y voluntariado, busca promover la equidad en los campos STEM y aumentar la representación de científicos latinoamericanos, especialmente aquellos de herencia indígena.

Con sus ojos puestos en el futuro, Nia no solo aspira a convertirse en una investigadora destacada, sino también a ser una profesora que contribuya a erradicar los prejuicios en las aulas y facilite el acceso a la educación STEM para comunidades racializadas, mujeres y personas no binarias. Su travesía es un testimonio inspirador de determinación y dedicación en la búsqueda del conocimiento y la igualdad en el fascinante mundo de la ciencia.