Advierten que tras la ola de calor ya no habrá “súper cosecha” de soja y maíz
La reciente ola de calor que azotó a fines de enero y principios de febrero ha dejado su marca en la temporada de cosecha gruesa, proyectando una disminución en la producción de soja y maíz para este año. Las expectativas de una “súper campaña” para ambos cultivos se han desvanecido, según un informe publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario.
La Bolsa de Rosario señaló que durante el período de 2010 a 2020, Argentina logró superar la marca de 50 millones de toneladas de producción de soja en siete ocasiones. Sin embargo, las perspectivas para el ciclo 2023/24 indicaban la posibilidad de superar ese umbral, pero ahora se estima una producción por debajo de lo esperado, con apenas 49,5 millones de toneladas.
La ola de calor prolongada y severa que comenzó el 17 de enero ha sido identificada como el factor clave que ha cambiado el panorama. Este evento climático crítico ocurrió en un momento crucial para la soja de primera, lo que resultó en la pérdida de chauchas y un recorte significativo de 2,5 millones de toneladas en comparación con las proyecciones iniciales de enero.
El informe también detalla que la soja de segunda ha sufrido daños extensos, con una caída en los rendimientos potenciales del 40% al 60% en la región pampeana. Se estima que alrededor de 750.000 hectáreas serán inutilizables para la cosecha debido a los efectos del calor.
El maíz tampoco escapó de las consecuencias de la ola de calor. La proyección inicial de una “súper campaña” se ha visto recortada en 2 millones de toneladas desde enero, con una estimación revisada de producción para el ciclo 2023/24 de 57 millones de toneladas. Al igual que con la soja, las expectativas prometedoras de enero se han visto frustradas por las condiciones climáticas desfavorables.
En resumen, el ambiente de alta productividad que caracterizaba la campaña agrícola hasta mediados de enero ha dado paso a recortes sustanciales en las proyecciones de cosecha. La ola de calor ha demostrado ser un tropiezo significativo para la agricultura argentina, con repercusiones en la producción de soja y maíz.
LEER: Robo de medidores de agua en San Nicolás: una modalidad delictiva en aumento