Retraso en el anuncio del aumento de tarifas de gas: se espera ajuste en las boletas de abril

El Gobierno encabezado por Javier Milei ha decidido posponer el aumento en las tarifas de gas natural por red para la próxima semana, lo que se traducirá en un impacto significativo en las boletas de fines de abril y principios de mayo, con incrementos estimados alrededor del 700%. Esta medida, en conjunto con la eliminación de subsidios, plantea un panorama desafiante para los consumidores.

A pesar de los compromisos adquiridos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para elevar las tarifas de gas y electricidad en febrero, solo se cumplió parcialmente con la luz, dejando pendiente el ajuste en el gas. El ministro de Economía, Luis Caputo, observa con precaución este aumento, consciente de su potencial impacto en la inflación, que actualmente muestra signos de disminución.

El aumento anunciado incluirá un incremento en el precio de la producción de gas, representando un 36% del costo final de las tarifas. Hasta el momento, los hogares han pagado tan solo un 17% del costo real del abastecimiento, mientras que las empresas han solicitado aumentos significativos en sus márgenes, superiores al 500%. Este aumento se implementará de manera gradual durante los próximos tres meses.

Además del aumento en la producción de gas, se espera que las empresas transportistas y distribuidoras también vean incrementos en sus tarifas, sumados a los impuestos correspondientes. En audiencias públicas, las empresas del sector han solicitado aumentos considerables, lo que, de ser aprobado en su totalidad, podría resultar en aumentos en las boletas de hasta un 700%, según estimaciones de consultoras especializadas.

Aunque la Secretaría de Energía tendrá la última palabra, la aplicación de este conjunto de aumentos podría multiplicar significativamente el costo para los usuarios, generando preocupación en el sector privado. Se esperaba que los aumentos entraran en vigencia este 15 de marzo, pero su postergación hasta abril ha generado incertidumbre, especialmente en un contexto de inflación persistente de dos dígitos.

El Gobierno también muestra cautela en la eliminación de subsidios, recordando los desafíos enfrentados en 2016, cuando la Corte Suprema de Justicia obligó a retrotraer los incrementos y adoptar un enfoque gradual en el ajuste tarifario.